ARTE ET ALIA

Joyas escultóricas que reviven

RE
photo_camera Retablo de la Asunción de la catedral.

Son el retablo de la capilla de la Asunción en la basílica-catedral de San Martiño, y el Cristo resucitado de la capilla colegial de los hermanos Maristas, ambas en Ourense.

Han recobrado nueva vida recientemente algunos retablos, y el fulgor de sus destellos hace que volvamos los ojos con esperanza hacia el patrimonio artístico. Así se ha dado a conocer cómo en el Ayuntamiento de Verea, el retablo principal de la iglesia de Santiago brilla tras la restauración, acometida desde el pasado agosto. Lo más hermoso de este retablo con tres calles, dos cuerpos y remate, que cobra atención desde la nueva luz que trasmiten sus polícromos colores, no es apreciar la calidad de las labras escultóricas y pintura, sino el impulso básico de unirse para ello la comunidad parroquial, vecinos y vecinas, culminando la empresa con el apoyo del Concello y la dirección de Patrimonio. Con ello han contribuido al ornato del templo y al esplendor del culto. El pasado mes era en San Pedro de Cudeiro. Aquí, a mediados del pasado mes, se recibía la restauración del esplendoroso retablo del Evangelio, el retablo del Carmen, barroco de estípites en vez columnas salomónicas, como el anterior, realizado asimismo cuando el siglo XVIII llevaba transcurridas varias décadas. En el curso de los trabajos, al revisar los anclajes posteriores, halláronse pinturas ocultas, un San Juan Bautista, quizás gótico, o manierista del XVI, que se volvió a ocultar...

Dos joyas ourensanas

Son el retablo de la capilla de la Asunción en la basílica-catedral de San Martiño, y el Cristo resucitado de la capilla colegial de los hermanos Maristas, ambas en Ourense. Restaurada aquel el pasado año por el Centro San Martín, con el aporte económico de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural de la Xunta, luce maravilloso en la penumbra de la significada capilla con su nuevo frontal de altar. Es una obra de la segunda mitad del siglo XVII, de calidad y empeño de los Argiz, que fueron Pedro y Francisco Álvarez, regidores de la ciudad de Ourense, alcanzando Pedro, hijo de este último, del Rey Carlos II, el marquesado de San Saturnino. Los blasones que coronan el retablo hablan de la nobleza de su linaje, y en la colateral capilla de los Desamparados, sacristía suya, están las tumbas de la familia. El retablo de columnas salomónicas, con Bernardo Cabrera por medio, y la talla que lo preside, del gran Mateo de Prado, el mejor tallista y escultor del pleno barroco gallego, justifican su relevancia y calidad. El relieve del Poverello de Asís meditando, magnífico asimismo, aportó tras su limpieza como novedad un ‘José González escultor y arquitecto’ , sobre el que habrá que investigar, y la constatación del repinte del retablo mediado el siglo XIX.

Más reciente es el Cristo de los Maristas, obra de Ramón Lapayese, artista escultor, pintor y grabador. Datado en 1971, más allá del polvo acumulado, su estado de conservación era bueno, pero en la superficie de la obra ensamblada se habían hecho visibles manchas de pasta blanca, colocada para esconder imperfecciones de la madera. La limpieza y reintegración de color de esta extraordinaria obra desde lo iconográfico fue efectuada por la competente restauradora Vania López, que la ha mejorado para muchos años.

Te puede interesar