A juicio en Ourense por distribuir imágenes íntimas grabadas con una cámara oculta

El fiscal Miguel Ruiz pide 29 años de cárcel para el inculpado.
photo_camera El fiscal Miguel Ruiz pide 29 años de cárcel para el inculpado.
La Fiscalía le pide una pena de cárcel 29 años por delitos sexuales online

Fotografías y vídeos íntimos de índole sexual de exnovias o compañeras de trabajo, obtenidos con cámaras ocultas durante años, son el material que la Guardia Civil incautó en 2020 a un vecino de Santiago, que antes había residido en Ourense, de donde son las víctimas. Un material  pornográfico que pululó por la red sin el conocimiento de las perjudicadas y en el que también aparece una menor de edad a la que supuestamente engañó haciéndose pasar por una mujer.

La Audiencia juzgará próximamente a José Ramón V.L., de 51 años y oriundo de Venezuela. El fiscal reclama hasta 29 años de cárcel por diversos delitos de descubrimiento y revelación de secretos, pornografía infantil y exhibicionismo.

Los hechos se destaparon en el verano de 2020 por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil cuando investigaban a una red dedicada a la distribución de material pedófilo por internet. En Galicia, los agentes llegaron hasta la dirección IP de un ordenador ubicado en Compostela. 

Entre sus supuestas víctimas, está una expareja que también ejercita la acusación particular porque el inculpado, desde la plataforma Flickr, supuestamente compartió imágenes y vídeos sexuales en los que aparece la denunciante y fueron obtenidos sin su conocimiento. En total 182 archivos con 1.464 visualizaciones entre el 11 de abril y 29 de mayo de 2020.  Hay capturas de pantallas de videollamadas desde Skype así como vídeos grabados cuando ambos mantenían relaciones, un material repartidos en cinco carpetas con nombres en inglés, además de 133 fotos de sus nalgas. Su letrado pide cinco años de cárcel por este grave hecho delictivo.

Tampoco se libró de esta práctica su exmujer, según el Ministerio Público, con imágenes obtenidas con cámara oculta instalada en el baño o fotos tomadas directamente a la víctima, desnuda o en prácticas sexuales así como fotos de sus partes íntimas.  En total, 278 archivos, con 4.144 visualizaciones. 

La Fiscalía también sostiene que el inculpado, entre los años 2012 y 2016, instaló un cámara oculta en los baños de la empresa  de diseño y publicidad en la que trabajaba el inculpado en Ourense para grabar a sus compañeras cuando estaban en el baño. Esas imágenes aparecieron en un disco externo hallado en el domicilio del acusado.

A través de Instagram, en febrero de 2019, contactó con una menor, con domicilio en Ourense, según los investigadores. La convenció para que le enviara fotos íntimas, haciéndose pasar por una mujer y dando el primer paso: remitió fotos que supuestamente eran de ella, todas de índole sexual. La víctima llegó a creerse que ambas mantenían una relación sentimental y aceptó enviarle imágenes sexuales. Se hizo así el acusado con 140, que compartió en un grupo de Telegram en el que había 177 personas. 

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