El K-pop vuelve al Paseo de Ourense para romper esquemas

El grupo Lullabyz, formado por 14 jóvenes de entre 14 y 21 años, dio un espectáculo de baile en el paseo mientras grababan uno de sus vídeos. A su alrededor, llegaron a juntarse medio centenar de personas que transitaban la calle para mostrar su apoyo

La cultura urbana de Ourense se remueve gracias a Llulabyz. El grupo de baile se formó entre amigas de clase primero, y se extendió después entre algunos aficionados al K-POP de la capital, que -para quien no lo sepa- es la música Pop de Corea del Sur.  El género se ha estado haciendo hueco entre los jóvenes a lo largo de la última década gracias a las redes sociales y ahora, da sus frutos. 

Su portavoz, Alba González Ortega, cuenta que Lullabyz se ha propuesto “dar visibilidad al género, ser un poco más conocidos y que la gente se anime y lo disfrute como nosotros”, porque, como asegura Paula González, otra de las integrantes, “desafortunadamente se juzga mucho”. Algunas, como Adanís Álvarez Castilla, se han visto en situaciones complicadas en clase: “No me atreví a contar que escuchaba K-POP hasta que conocí a Alba, hasta ahora bailaba sola en casa”.  

Así, fueron tejiendo una red de apoyo alrededor de sus dos pasiones: el baile y el K-POP, en Internet y en los ensayos en la Casa de la Juventud de cada sábado. “El baile nos ha ayudado a crecer, a conocernos entre nosotros.  Tú piensas que lo haces bien, pero en realidad nadie mejor que tus amigos para corregirte”, afirma Brais Rodríguez Iglesias. En el caso de Adanís ha servido como desahogo: “Después de toda la semana trabajando, llega el momento de ensayar y se te olvida todo”. 

Por otra parte, Lucía Magallanes González,  apunta que se enteran de las novedades de los grupos y sus integrantes “a través de WeBest”, una aplicación específica para “K-popers” -fanes del género- donde además de crear comunidades, los grupos interactúan con ellos. A su vez, Brais Rodríguez Iglesias, asegura que se movilizan con el objetivo de “apoyar a los ‘idols’ -ídolos- para que consigan premios y reconocimiento”. 

Como en toda tribu urbana que se precie, los jóvenes cuentan que la vestimenta es importante: “Nos inspiramos en su estilo, en la moda de allí”, afirma Noa González Fernández. Y a pesar de que en Corea tienen una cultura “más reservada”, los Lullabyz se sorprenden con que “los chicos se maquillan y llevan faldas y tops cortos”.  Además, no tienen problemas con el idioma “porque ahora hay muchas páginas de traducción y en los propios vídeos”, afirman los integrantes. 

La acogida entre el público ourensano ha sido buena. Marta Pérez García señala que le hubiera gustado tener este tipo de iniciativa cuando era joven “porque aporta algo nuevo e interesante”.  Esta idea la secundan, por ejemplo, Malú Ortega y Marcos González padres de una de las integrantes: “Nos encanta ver la ilusión que tienen, creemos que es una iniciativa sana y que tienen valor por hacerlo en la calle porque es algo que no se suele ver aquí”.

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