Feijóo incumplió prácticamente todos los compromisos con la provincia

Legislatura perdida para los intereses ourensanos

La agenda de gobierno del PP en la Xunta ha dejado tras de sí en estos casi cuatro años de legislatura una larga estela de compromisos institucionales incumplidos con la provincia de Ourense y que no se han materializado pese a los sucesivos anuncios del presidente Núñez Feijóo.
Los incumplimientos más flagrantes con la ciudad han sido en materia sanitaria, tanto porque no sólo no han comenzado las obras de los centros de salud de O Couto y O Vinteún -el PP ya las había apremiado en mayo de 2009 cuando llegó al gobierno- sino porque el plan director para modernizar el Complexo Hospitario Universitario ourensano sigue siendo ciencia ficción 'a falta de estudios geotécnicos y proyectos definitivos'. De hecho, la falta de inversión en el proyecto de modernización y ampliación del CHUO, que debería haber finalizado hace cinco años, se acentuó en 2009 cuando el PP asumió el gobierno de la Xunta. Mientras, el deterioro de las actuales dependencias hace estragos con habitaciones de hasta tres camas, sin aire acondicionado y múltiples deficiencias.

Hasta la fecha, el único avance afecta a la infraestructura sanitaria prevista en O Couto después de que el DOG publicase a mediados de este mes el concurso para la gestión integral del mantenimiento, la energía y la dirección de obra, pero aún no resuelto.

El actual gobierno de la Xunta encabezado por Feijóo ha sido incapaz también de implantar el transporte metropolitano, un servicio que beneficiará a una población de 135.000 habitantes y siete concellos limítrofes con Ourense, pero que ha encontrado numerosos desencuentros institucionales.


CARRETERAS

En materia de infraestructuras viarias, la circunvalación Este tiene pendiente la construcción de su última fase (la cuarta) que conectará el resto el trazado con la N-525 y la A-52. Ese tramo de 1,5 kilómetros, el de mayor funcionalidad para los conductores, carece de plazos, al igual que la conexión entre el polígono de San Cibrao y la A-52. El conselleiro Agustín Hernández, quien este mismo mes asistió a la inauguración del tercer tramo (Rairo-Benposta, apenas sin uso), no concretó plazos para ninguna de esas actuaciones.

En lo que respecta a la autovía de Celanova, el Gobierno de Feijóo mantuvo el proyecto que ya había dejado contratado el anterior ejecutivo bipartito. Según los plazos comprometidos por la Xunta, la obra tendría que estar acabada el pasado mes de mayo, pero aún sigue en ejecución, al menos hasta final de año. Este proyecto conllevaba también la mejora del resto del trazado desde Celanova hasta la frontera con Portugal: otro de los compromisos pendientes del Gobierno autonómico.

En el área empresarial, el Gobierno de Núñez Feijóo anunció el plan Impulsa como el gran proyecto de desarrollo de la provincia, para asentar nuevos negocios. Se trataba, según palabras del propio presidente, de un apoyo especial 'ó interior do interior'. La Xunta ha ofrecido escasa información sobre los resultados de este plan, pero los datos económicos de la provincia no dejan de empeorar.

El Gobierno autonómico tampoco ha mejorado la oferta de suelo industrial de la provincia y la existente es demasiado cara, según los empresarios. La Central del Transporte, en el Polígono de San Cibrao, continúa casi vacía, pues sólo cuenta con una empresa instalada (ya desde la etapa del bipartito). La ampliación del Parque Tecnológico, comprometida desde 2007, acaba de comenzar, aunque sólo se va a ejecutar una fase. También siguen pendientes los parques empresariales de Pazos y Tamagos, en Verín. Y el gran proyecto del Val da Rabeda fue descartado por la Xunta, sin que ésta sepa qué hacer en unos terrenos en cuya compra se han invertido 18 millones de euros.

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