La lenta agonía de los árboles en Ourense

Ourense no deja de perder árboles desde hace meses. Las obras ejecutadas por Concello y Xunta en calles y aceras, la caída de los ejemplares enfermos -el último, ayer en O Posío- y la falta de cuidados son las principales razones.

El patrimonio arbóreo de la Ourense está de luto. Mariñamansa, A Rabaza, Cudeiro, el Centro, el Casco Histórico, Os Remedios, Castro de Beiro o San Francisco han perdido numerosos ejemplares en el último año. Las obras ejecutadas por el Concello de Ourense en las calles del centro y las intervenciones de la Xunta para acondicionar sendas peatonales, así como el mal estado de los árboles son los principales motivos de las sucesivas pérdidas. A las especies sanas arrancadas por las administraciones se suman las que, enfermas, se caen -la última de ellas, una magnolia que ayer por la mañana se desplomó en el Xardín do Posío y derrumbó parte del muro-.

La consecuencia es clara: si Ourense contaba hace años con 10.000 árboles, menos de un tercio de lo recomendado por organismos como la Unión Europea o la Organización Mundial de la Salud (OMS), la situación no deja de empeorar. “Falta organización por parte do Concello, non hai un rexistro das árbores, nin se fan revisións periódicas, nin se coidan”, explica Xosé Santos, de la asociación Amigas das Árbores. En esta misma línea se pronunció ayer el PSOE de la ciudad, que critica el “mantemento inexistente” de las especies. La falta de cuidados provoca que el Concello llegue a atar cuerdas a ciertos árboles -como en el parque Barbaña- para evitar el riesgo de caída.

Árboles enfermos

La falta de cuidados explica el mal estado generalizado de los árboles. “Fanse podas a destempo e mal feitas, o que deixa feridas nos troncos por onde despois entran as infeccións. Cando enferman, tampouco se poñen medidas para curalas…”, detalla Santos. Incluso en los casos de plagas invasivas, como el caso del picudo rojo en las palmeras -que devora lentamente el tronco-, es posible actuar antes de que el ejemplar ya no tenga remedio: “Pero aquí non se fixo, e así houbo que retirar, entre outras, as palmeiras das Burgas ou do Bispado”. 

Los alcorques también empeoran el estado del árbol. En ciertos casos, como en la calle del Paseo, se colocan materiales que dificultan la hidratación de los ejemplares. En otros, la superficie se queda pequeña, y las raíces terminan por destrozar las baldosas. “O lóxico sería adaptar o alcorque ao tamaño que precisan as árbores a medida que crecen, pero non se fai”, apunta Santos. 

La colocación de las especies puede terminar dañando especies sanas: “A planificación é moi necesaria: se ti sabes que unha árbore vai crecer moito, tes que colocala tendo en conta como vai afectar a aquelas que estaban xa na zona, ou poden rematar afectadas, e as ramas desviadas”.

“As talas de especies sas supoñen a perda de miles de euros para a nosa cidade”  

La Norma de Granada es el método de valoración económica de árboles ornamentales más utilizado en España. Esta herramienta permite conocer una estimación del coste de los ejemplares, así como de su retirada. Xosé Santos defiende que, en la ciudad, se han perdido ya miles de euros a causa de las talas “indiscriminadas” de especies sanas. “Facer esta valoración tamén permite que, no caso de que alguén choque co seu vehículo contra unha árbore municipal, teña que pagar unha indemnización ao Concello”, explica. 

Al margen del precio del ejemplar en el momento de la compra (que puede ir desde los 20 hasta miles de euros, dependiendo de la especie y de los años de vida), también se tiene en cuenta su valor patrimonial en el entorno.

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