Confinamiento

“Los niños tienen que salir"

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Expertos ourensanos abogan por la flexibilización del confinamiento que afecta a unos 32.000 menores de 16 años en Ourense y que ya pasa factura: ansiedad, tristeza, depresión y sedentarismo

Más de 32.000 menores de 16 años están confinados en la provincia, una medida de seguridad que en otros países ya les tiene en cuenta como colectivo “excepcional”. Psicólogos y otros expertos reclaman la flexibilización del encierro para los niños y adolescentes. Más de un mes en casa  que ya pasa factura: tristeza, insomnio e incluso depresión.

Ricardo Fandiño, psicólogo clínico y presidente de la Asociación para a Saúde Emocional na Infancia e na Adolescencia  afirma que la situación más dura del confinamiento “es la de los niños. Está siendo largo e intenso para ellos y se deben buscar maneras para que puedan empezar a salir, de forma controlada”. Fandiño entiende que “ no podemos tardar mucho en que vuelvan a tener relación entre los niños. Su proceso de socialización no pasa por estar con los adultos. A corto o medio plazo, tienen que salir”. El psicólogo advierte de la idea de “romantización de los entornos familiares”: “No todos son emocionalmente saludables y el principal espacio para detectar violencia a los niños es con en las consultas de pediatría”. 


Angustia retroalimentada


La psicopedagoga Vanessa Rodríguez coordina el programa de atención emocional de Aseia, donde detecta la “factura” del confinamiento infantil. “Unha das cousas que nos chama a atención é que as que chaman son todas nais. As preocupacións son varias, principalmente se os están facendo en cos nenos. Necesitan ese reforzo externo porque a situación xenera moitas inseguridades. Hai moita preocupación cando ven a angustia nos nenos e certa ansiedade. Esa angustia retroaliméntase”. Rodríguez apunta también a consecuencias como regresión de conductas que estaban pasadas en los niños, como el control de esfínteres. 

“Debería pensarse en medidas nas que os nenos teñan o protagonismo. Necesitan estabilidade, saber o que está por vir”, apunta la psicopegadoga. En la misma línea, Fandiño anota que uno de los problemas es que “no somos capaces de darles entornos previsibles a los niños, no conseguimos decirles cuando se acabará”.

Yudit González es la psicóloga de la Fundación Meniños en Ourense. Su número de teléfono está activo para que las familias consulten los problemas que tienen en casa con los niños. “Ya preveíamos que el grado de estrés en la convivencia iba a aumentar en las familias. A veces en la tele aparece esa visión idílica de hacer bizcocho y yoga, pero hay una brecha. La sensación de seguridad es lo primero que necesitan los niños, si eso no está atendido… Hay familias tomando decisiones muy difíciles, dejar el trabajo o al niño en casa. Eso genera un nivel alto de estrés”. 

La psicóloga apunta a consecuencias ya visibles en los más pequeños: “Nerviosismo, dificultades para conciliar el sueño, dificultades de regulación emocional, más inquietos… Hay que tener mucho cuidado a la hora de hablar con los niños para identificar incluso niveles altos de ansiedad, cierto tinte de tristeza o depresión”.  González apunta al “agotamiento” : “Es fundamental el juego para ellos. Una de las primeras medidas para ir normalizando la situación debe incluirlos”.

Otra de las consecuencias de la que ya alertan los expertos es el aumento de casos de sobrepeso que provocará el confinamiento. La nutricionista Marisol López es clara: “El sedentarismo en los niños va a aumentar. Es importante establecer ya horarios en las comidas, sean las que sean en cada hogar”. Apunta las legumbres, los lácteos enteros, los pescados azules y alimentos con vitamina D. “La formación de los hábitos alimentarios de los niños es ahora. Y entre los 7 y los 10 años se marcan mucho los hábitos. Hay que potenciar conductas buenas de alimentación”, dice López.


Mamá cajera, mamá a distancia


La realidad del confinamiento de los niños es muy diversa. Muchos no están con sus padres por razones de seguridad .Erica Ordóñez lleva un mes sin ver a su hijo, que ayer cumplió tres años en casa del padre. "Soy cajera de supermercado y en casa tengo una persona de alto riesgo de contagio. Por este motivo, me separé. Por seguridad. Le echo mucho de menos". Erica Ordoñez quiso prepararle a su niño una sorpresa en la distancia. La madre llamó a los agentes de la Policía Local para ver si estos podrían ir a felicitarle el cumpleaños al pequeño a su balcón, a las ocho, cuando son los aplausos a los sanitarios.


 "A mi hijo le encantan los coches de policía. Estaba convenciada de que esto le iba a hacer mucha ilusión. ¡Le encanta la policía! Es un regalo adelantado. Ahora lo veo por videochat", cuenta Erica Ordóñez, deseosa de poder abrazar a su ijo, Adrián Salazar. Mientras tanto, trabaja como la que más en un supermercado de Seixalbo.   Ayer, el pequeño preparó globos con su padre. Sin embargo, la Policía Local no pudo acudir. 

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