“Mamá, en el colegio no me entero de nada”

Edgar y Gilber, de 4 y 10 años, son dos hermanos sordos que no pueden seguir con normalidad las clases. Su madre, Mónica, impulsa mañana a las 12,15 horas frente al CEIP Mariñamansa una protesta: pide más horas de intérprete de signos en el aula.

Impulsa una concentración para que sus hijos sordos tengan la atención que el resto de alumnos

Hipoacusia neurosensorial bilateral severa. Es el nombre de la patología que tienen Edgar y Gilber, dos hermanos ourensanos de 4 y 10 años que son sordos. Mónica Prada, su madre, se ha visto obligada a organizar una concentración frente al colegio en el que estudian porque considera que sus hijos no reciben la atención adecuada, al verse reducido el número de horas que pasan con las intérpretes de lengua de signos.

Los niños, aunque tienen implantes y utilizan audífonos, necesitan igualmente una intérprete de lengua de signos para seguir las clases, como el resto de alumnos. “Mis hijos son sordos. Les han reducido las horas de intérprete. Nos encontramos con que el pequeño solo tiene intérprete en dos horas de las cinco que va a clase y el mayor una hora”, explica Prada. Según esta madre, el centro educativo, el CEIP Mariñamansa, ha justificado la reducción de las horas en que “ya tienen implantes”, intuyendo que eso corrige la sordera. “Pero no es así. Mis hijos no oyen. El mayor me dice: ‘Mamá, no me entero de nada en clase”.

Mónica celebra el apoyo de las familias del centro. Explica que las propias intérpretes secundarán la concentración, que será mañana en dos ubicaciones: a las 11,00 horas, frente al IES Universidade Laboral, porque allí se ubica el equipo de orientación educativa específica. A continuación, se traslada a las puertas del CEIP Mariñamansa en el que estudian Edgar y Gilber. “Me siento muy apoyada por el resto de padres, seremos mucha gente en la protesta”, asegura esta ourensana. Mónica Prada ha llegado a convocar una concentración porque ve que esta es una situación límite, tras varios intentos y peticiones de profesionales para sus hijos. “Yo ya no me voy a callar”, se queja.

A Prada no le valen las justificaciones de Educación. “No tiene sentido. Si creen que no necesitan intérprete los niños, entonces, ¿por qué sí que lo necesitan durante unas horas? ¿En las otras horas oyen? No tiene ningún sentido”.

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