Sus presidentes consideran que están más cerca de las necesidades de los vecinos que pueda estarlo la Diputación

Las mancomunidades ourensanas rechazan su anunciada disolución

El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, anunciaba el pasado miércoles que el Estado suprimirá todas las mancomunidades y que las Diputaciones asumirán las competencias que, hasta ahora, desarrollaban estos organismos supramunicipales.
Las mancomunidades en la provincia de Ourense fueron creadas entre finales de los años 80 y principios de los 90, con el objetivo de garantizar la prestación de determinados servicios básicos que muchos concellos, dada su dimensión y reducida capacidad económica no podían asumir.
Precisamente esta razón, la de asegurar determinados servicios básicos al ciudadano, es la que esgrimen desde la presidencia de las distintas mancomunidades ourensanas para oponerse la desaparición de estos organismos. Aunque algunos consideran que si se mantienen, da lo mismo quien los gestione, la mayoría opina que las mancomunidades están 'más cerca de los problemas de los vecinos' y conocen mejor sus necesidades, por lo que no ven con buenos ojos su desaparición.
Ourense es la provincia gallega con mayor número de mancomunidades, aunque algunas de ellas, como es el caso de la Valdeorras, ya no existe desde el año 2003, y otras, como la de Trives, están en proceso de disolución o, como la de Baixa Limia, creada en la década de los 90, nunca llegó a funcionar, sin que, por otra parte, se ejecutara el proceso de disolución.
No es el caso de la Mancomunidad de Celanova, creada en el año 1991, y que en sus diversos servicios cuenta con alrededor de 60 trabajadores, un tercio de los que tienen entre todos estos organismos supramunicipales en la provincia (alrededor de 190).

diputación
El objetivo del Gobierno es que las diputaciones asuman los servicios que hasta ahora desarrollaban desde las mancomunidades. En este sentido, el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, considera que es necesaria 'unha reforma nas deputacións para que gañen en proximidade ao cidadán e sexan máis operativas. Estas reformas pasarían polo sistema de elección, polo ámbito competencial e polo financiamento'.
El presidente de la Diputación considera que 'máis aló das mancomunidades, debemos potenciar a eficacia na provincia o verdadeiro ente vertebrador e cooperador para os servizos, como é a Deputación'.
Manuel Baltar considera que 'as deputacións non poden limitarse a ser meros gobernos asistenciais dos concellos', sino que deben asumir servicios como la 'recollida de residuos, os servizos do ciclo hidráulico, os servizos sociais, a xestión e disciplina urbanística, o transporte escolar ou servizos de carácter medioambiental -na súa acepción máis ampla-, incluíndo a potestade normativa sobre ditos servizos e as competencias de policía administrativa e de fomento'. El objetivo último, según Baltar, es la eficacia y ahí la Diputación está dispuesta a jugar su papel.

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