Un manojo de margaritas sobre la tumba de Celso Emilio

Los camposantos de la provincia se convirtieron ayer en un hervidero de vecinos y visitantes que aprovecharon la festividad de Todos los Santos para visitar a sus seres queridos ya fallecidos. En familia o en solitario, los ourensanos no faltaron a una cita con marcado sentido religioso, llevando consigo hermosos ramos y centros de rosas, margaritas, claveles o crisantemos, que llenaron de vida las sepulturas.

Entre el colorido manto floral que cubría los nichos del camposanto de San Verísimo, en Celanova, un escueto ramo de margaritas llamaba la atención sobre el pétreo sepulcro de Celso Emilio Ferreiro. El ilustre poeta local, reverenciado más allá de "Onde o mundo se chama Celanova", no contó con una masiva representación floral, pero si de visitantes. Fueron muchos los vecinos del lugar que, aprovechando la visita al camposanto, aprovecharon para hacer una parada y leer, algunos en voz alta, su siempre impactante epitafio: "Mais o lume que alampea, xamais o veredes morto".

Poetas en el camposanto

El autor de "Longa noite de pedra" no es el único literato celanovés que descansa en el cementerio local. Algo más al norte se encuentra el sepulcro de Castor Méndez Brandón, escritor y barítono; así como el poeta y capitán en el cuerpo de Sanidad de la Armada, Castor Elices. En el camposanto de San Verísimo también está el sepulcro familiar de Pepe Velo que, pese a sus dotes literarias, pasó a la historia por coprotagonizar el secuestro del navío Santa María para protestar por las dictaduras de Franco y Salazar.

¿Y Manuel Curros Enríquez? El gran referente celanovés del "Rexurdimento" falleció en La Habana (Cuba), pero sus restos mortales fueron inmediatamente trasladados al camposanto de San Amaro de A Coruña, en un acto al que asistieron 40.000 personas.