Animales

“Las mascotas son víctimas en casos de violencia de género"

Miembros de la Asociación Canina La Can con las camisetas del proyecto "No sin mi mascota".
photo_camera Miembros de la Asociación Canina La Can con las camisetas del proyecto "No sin mi mascota".
La asociación La Can da cobijo a los animales mientras sus dueñas viven en casas de acogida

"No sin mi mascota", así se llama el proyecto que tiene la Asociación Canina La Can con las víctimas de violencia de género en  Ourense, dándole cobijo a sus mascotas desde hace dos años. "Acogemos a los animales de mujeres  que ingresan en casas de acogida de la Xunta o las tuteladas por asociaciones", explica Juanma Vilarchao, secretario de la organización. 

En estas viviendas no se les permite alojarse con mascotas, por lo que deben decidir qué hacer con ellas. "Se los cuidamos hasta que  finalizan su estancia o cuando logran rehacer su vida", cuenta Vilarchao. Muchas de ellas llegan procedentes de otros lugares de Galicia y La Can se encarga de ir a sus lugares de residencia a por sus mascotas. "Hace poco fuimos a por un perro A Coruña", explica.

Actualmente, cuidan de nueve perros y facilitan encuentros con las dueñas, para que puedan ver a sus mascotas. "Manejamos dos posibilidades, el de acogerlos mientras estabilizan su situación, y otra  en la que no se pueden hacer cargo y los entregan en adopción", afirma Vilarchao. Los animales pueden pasar con ellos poco tiempo pero, en la mayoría de los casos, se puede alargar meses. "Son muchos gastos y para ello necesitamos de toda la ayuda necesaria para poder seguir con este servicio", comenta. 

Vilarchao considera que este tipo de ayudas deberían ofrecerlas desde las instituciones públicas, dado que ellos no llegan a todos los casos: "Hay muchas mujeres que prefieren seguir viviendo con sus maltratadores para no dejar a sus mascotas en una perrera y abandonarlos", destaca. También reconoce que en muchos sufren "la violencia de los agresores", lo que hace el problema todavía más complejo: "Algunos deciden hacer daño a la pareja a través de sus mascotas".

Debido a la gravedad de la situación, siguen un protocolo: "Tenemos un procedimiento jurídico y de seguridad para hacernos cargo de cada uno". Para llegar a la asociación, cuenta con el apoyo de numerosos centros de la mujer que la recomiendan para que las víctimas dejen allí a sus mascotas. La demanda es alta y, sin ayuda económica, no alcanzan todas las peticiones: "No podemos saturarnos, por eso necesitamos de más casas de acogida y toda la ayuda posible", afirma.



Proyecto de entreno en la cárcel de Pereiro y otros de terapia con la ayuda de perros

La Asociación Canina La Can no opera únicamente con el proyecto de "No sin mi mascota", además cuentan con otros que sirven como terapia y trabajo social con los perros que tienen para la adopción. El último que han puesto en marcha se llama "Segunda oportunidad", y que los están desarrollando en el centro penitenciario de Pereiro. 

El pasado mes comenzaron con esta iniciativa en la que los reos se relacionan con los perros y participan en su proceso de adiestramiento. "Tenemos a un grupo de presos y les llevamos a dos perras que están en adopción", explica Juanma Vilarchao que también afirma que una de ellas "posiblemente" se la quede uno de los funcionarios del centro.

Con "Segunda oportunidad" ponen a los presos a trabajar en un adiestramiento básico de las perras. "Es un programa de educación en el que nosotros les guiamos y ellos se encargan de enseñarlos para que esos animales estén formados en cosas básicas a la hora de su adopción", comenta Vilarchao. Sentarse, tumbarse o adaptarse a pasear con correa son algunas de las lecciones. "Salen educados de ahí para que el dueño no tenga ningún problema", señala. Para él sirve como un proyecto en el que los dos colectivos "interactúan" y se "ayudan". "Hay un paralelismo porque los perros en una perrera también terminan presos como un reo en una prisión", resalta.

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