Las traviesas que actualmente están instaladas en la mayor parte del tramo ferroviario Ourense-Sanabria datan de entre 1971 y 1977, con lo que superan ya los 30 años de antigüedad, salvo en algunos tramos muy concretos, donde fueron colocadas piezas en 1994. Pero también hay puntos que conservan traviesas de madera (como el túnel donde descarriló un tren el domingo), que ya no se instalan desde los años 60. El plazo habitual de renovación de esta infraestructura es de 25 años.
La infraestructura de la vía de tren entre Ourense y Sanabria fue renovada entre los años 1971 y 1977, con lo que ya supera los 30 años de antigüedad. En esos años se instalaron las traviesas denominadas bibloque, con extremos de hormigón y barra central de hierro, y también se renovó el carril. Desde mediados de los 90 ya se utilizan traviesas monobloque, con interior de hierro y estructura exterior de hormigón, que entre Ourense y Sanabria se emplean en algunos tramos muy puntuales. Estos datos fueron recopilados por el ingeniero técnico de Obras Públicas Xosé Carlos Fernández, mediante un recorrido por la vía que realizó en el año 2005. Sin embargo, no pudo acceder a los túneles, en los que, según trascendió después del descarrilamiento que se produjo en la madrugada del pasado domingo, quedan traviesas de madera. Éstas, según explica, probablemente sean las originarias de la vía, que entró en servicio en 1957, y de hecho, no se instalan ya desde la década de los 60. Fernández puntualiza que en ningún momento señala este aspecto como causa del desarrilamiento, sino que se limita a explicar los datos que recogió en sus estudios.
También Rafael Cid, autor del documental Carrilanos y estudioso de este tramo de la línea ferroviaria, califica de lamentable que aún se conserven traviesas de madera y añade que, si la repercusión sobre el tráfico ferroviario no fue mayor, es por el escaso tráfico que tiene: sólo la usan los trenes con Madrid (dos diarios en cada sentido) y el regional con Sanabria (uno al día por sentido). Lo habitual es que la sustitu ción de traviesas se realice cada 25 años, aunque periódicamente se inspecciona la vía para comprobar su estado. Sin embargo, no se trata de una línea que sufra gran desgaste, por el escaso tráfico que tiene (los mercancías, que desgastan más la vía, utilizan la salida Monforte-Ponferrada). El proyecto originario de la línea Ourense-Sanabria data de los años 20, y a finales de esta década comenzaron algunas obras. El grueso del trabajo, no obstante, se desarrolló entre 1940 y 1957, pero manteniendo el proyecto inicial, diseñado para los trenes de vapor de principios del siglo pasado. Sin embargo, y aunque en los años 40 ya existían máquinas más modernas, el diseño no se cambió, por lo que se construyó con curvas que hoy impiden superar los 115 kilómetros por hora.
También Rafael Cid, autor del documental Carrilanos y estudioso de este tramo de la línea ferroviaria, califica de lamentable que aún se conserven traviesas de madera y añade que, si la repercusión sobre el tráfico ferroviario no fue mayor, es por el escaso tráfico que tiene: sólo la usan los trenes con Madrid (dos diarios en cada sentido) y el regional con Sanabria (uno al día por sentido). Lo habitual es que la sustitu ción de traviesas se realice cada 25 años, aunque periódicamente se inspecciona la vía para comprobar su estado. Sin embargo, no se trata de una línea que sufra gran desgaste, por el escaso tráfico que tiene (los mercancías, que desgastan más la vía, utilizan la salida Monforte-Ponferrada). El proyecto originario de la línea Ourense-Sanabria data de los años 20, y a finales de esta década comenzaron algunas obras. El grueso del trabajo, no obstante, se desarrolló entre 1940 y 1957, pero manteniendo el proyecto inicial, diseñado para los trenes de vapor de principios del siglo pasado. Sin embargo, y aunque en los años 40 ya existían máquinas más modernas, el diseño no se cambió, por lo que se construyó con curvas que hoy impiden superar los 115 kilómetros por hora.
