La proliferación de un tipo de estafa piramidal conocida popularmente como 'rueda portuguesa' se está extendiendo de forma incontrolada por toda la provincia. Al menos, medio millar de ourensanos (en muchos casos repiten) ya están implicados, casi todos poniendo en peligro sus ahorros.
El gancho es apetecible, se deben 'invertir' 1.000 euros, pero bajo la promesa de ganar 8.000 euros en un período de entre dos y tres meses. Para alcanzar este premio es imprescindible que cada participante implique a un mínimo de dos personas. De este modo, se asegura que las ruedas sigan la evolución pretendida, mientras los jugadores van superando distintas fases hasta llegar al centro de la ruleta y recuperar así el ansiado 800% de la inversión inicial.
Este sistema se basa en la confianza mútua y en la captación de nuevos integrantes, pero que inevitablemente llega a un punto en el que se estanca por falta de nuevos inversores, y los participantes implicados pierden su dinero. A pesar de que la voz de alarma ya suena entre la opinión pública, ni las fuerzas de seguridad del Estado, ni Hacienda, ni el Servicio de Control Aduanero han tomado cartas en el asunto debido a la 'ausencia de denuncias'. Sin embargo, la Policía Nacional sí se mantiene alerta ante la proliferación de estafas en contextos de crisis. Su intervención hasta el momento en este terreno se ha limitado a la prevención. Mediante una serie de charlas informativas se recomienda no fiarse de las promesas sobre 'dinero fácil'. Especialmente, entre la gente mayor, uno de los colectivos más vulnerables, según señalan las fuerzas de seguridad. Un perfil que no coincide con el de los 200 ourensanos que regularmente se desplazan a Portugal, principalmente jóvenes varones con edades entre 30 y 40 años.
LA INEVITABLE QUIEBRA
Este tipo de apuestas no son nuevas en nuestro país. En Barcelona, incluso se llevaron a cabo detenciones hace dos años. Se trata de una estafa cíclica que resurge cada ciertos años. En Portugal, también son pocos los incautos que todavía confían en estos juegos de apuestas, a los que denominan como 'jogo da bolha', por lo que los organizadores han buscado su extensión hacia territorio gallego.
Si el sentido común no ha podido acabar con estas estafas que ya se han producido en otros lugares, lo acabará haciendo la cruda realidad. Llegará un momento en el que los apostantes se cansen de esperar por sus ansiados beneficios y en el que las ruedas se estanquen debido a la falta de entradas de nuevos participantes. Los jugadores conocen el riesgo de la situación, sin embargo prefieren que no cunda el pánico porque desanimaría a los nuevos inversores. Por eso, la frase más repetida entre los veteranos del juego es 'este es el momento para invertir y ganar el premio porque dentro de unos meses las ruedas se estancarán y ya será tarde'. No hay mejor promoción que la de los implicados.
Este sistema se basa en la confianza mútua y en la captación de nuevos integrantes, pero que inevitablemente llega a un punto en el que se estanca por falta de nuevos inversores, y los participantes implicados pierden su dinero. A pesar de que la voz de alarma ya suena entre la opinión pública, ni las fuerzas de seguridad del Estado, ni Hacienda, ni el Servicio de Control Aduanero han tomado cartas en el asunto debido a la 'ausencia de denuncias'. Sin embargo, la Policía Nacional sí se mantiene alerta ante la proliferación de estafas en contextos de crisis. Su intervención hasta el momento en este terreno se ha limitado a la prevención. Mediante una serie de charlas informativas se recomienda no fiarse de las promesas sobre 'dinero fácil'. Especialmente, entre la gente mayor, uno de los colectivos más vulnerables, según señalan las fuerzas de seguridad. Un perfil que no coincide con el de los 200 ourensanos que regularmente se desplazan a Portugal, principalmente jóvenes varones con edades entre 30 y 40 años.
LA INEVITABLE QUIEBRA
Este tipo de apuestas no son nuevas en nuestro país. En Barcelona, incluso se llevaron a cabo detenciones hace dos años. Se trata de una estafa cíclica que resurge cada ciertos años. En Portugal, también son pocos los incautos que todavía confían en estos juegos de apuestas, a los que denominan como 'jogo da bolha', por lo que los organizadores han buscado su extensión hacia territorio gallego.
Si el sentido común no ha podido acabar con estas estafas que ya se han producido en otros lugares, lo acabará haciendo la cruda realidad. Llegará un momento en el que los apostantes se cansen de esperar por sus ansiados beneficios y en el que las ruedas se estanquen debido a la falta de entradas de nuevos participantes. Los jugadores conocen el riesgo de la situación, sin embargo prefieren que no cunda el pánico porque desanimaría a los nuevos inversores. Por eso, la frase más repetida entre los veteranos del juego es 'este es el momento para invertir y ganar el premio porque dentro de unos meses las ruedas se estancarán y ya será tarde'. No hay mejor promoción que la de los implicados.
