La reforma de

El Mercado de As Burgas, una reforma sin plazo ni definición

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photo_camera Estado de las obras de remodelación de la plaza de abastos. // Martiño Pinal
Cuando finalice la obra, con casi un año de retraso, faltará otro proyecto para habilitar los puestos

El proyecto de reforma de la plaza de abastos de As Burgas (un edificio originario de 1929) está salpicado de avatares, negativos casi todos ellos. Acciona, la empresa que desarrolla la remodelación del edificio principal, debería haber concluido en junio de este año, pero quedan aún meses hasta su conclusión, a juzgar por la evolución de los trabajos. Los placeros aseguran que en reuniones con el Concello se les ha dado como “probable” la fecha de febrero de 2022 para su conclusión.

Es un problema más, solo uno, en un largo camino de promesas y plazos incumplidos. En el año 1993, con el gobierno del socialista Manuel Veiga Pombo, comenzó a hablarse de la mejora integral del mercado principal de la ciudad, pero la adjudicación acabó siendo un galimatías administrativo y político  que acabó en una comisión de investigación municipal por el proceso de adjudicación sin que se desprendiesen conclusiones relevantes.

Ello supuso que la iniciativa durmiese durante años. El alcalde popular Manuel Cabezas (1995-2007) se propuso acometer una obra para la que había anteproyecto pero no financiación municipal. El bipartito del PSOE y BNG, que entró a continuación, llegó a plantear una reforma que contó con la oposición de los placeros. De hecho se hicieron dos anteproyctos: uno municipal y otro diferente los comerciantes. Por otra parte, cualquier obra en la zona tendría que tener en cuenta la declaración de Bien de Interés Cultural de As Burgas, que se planteó en el 2007, y que establecía el máximo grado de protección al entorno.

El proyecto encontró una vía de salida en el gobierno de Jesús Vázquez (2015-2019) al conseguir la financiación del Gobierno central gracias al llamado 1,5% cultural. La falta de agilidad de la administración local puso en peligro la propia subvención, algo que aún no está aclarado a día de hoy.

COMIENZO DE OBRAS

Sea como fuere, las obras pudieron comenzar en marzo del año 2020 luego de que el 22 de enero se firmase con la empresa el acta de replanteo. Acciona resultó ser la ganadora del concurso, que se adjudicó por 4,8 millones de euros. Previamente, los placeros habían sido realojados en la Alameda en unas instalaciones provisionales y en las que comenzaron a vender en junio del 2018. Aún siguen allí. La empresa constructora disponía de 18 meses para acabar la obra de remodelación del edificio principal, pero el plazo se ha superado ya. 

Es cierto que en estos meses hubo nuevos problemas. Entre ellos, el impacto del covid o la tardanza en acometer toda  la obra por la presencia de unos okupas que solo abandonaron el edificio por mandato judicial.

Los comerciantes echan en falta conocer el modelo comercial y el plan funcional del edificio principal; es decir, la distribución interior de los puestos y la operativa de venta. Temen que el mercado de As Burgas sea un fracaso como el de la plaza de abastos de A Ponte.

“De la obra sabemos lo que se ve desde el balcón de la Alameda” 

Los comerciantes irán a un espacio de cuya distribución nada saben. “De la obra de la plaza de abastos sabemos lo que vemos desde el balcón de la alameda”, dice Alberto González, gerente de la plaza de abastos. “Mucho nos tememos que esto podría acabar como la plaza de A Ponte”, secunda Emilio González, presidente de la asociación de placeros. El mercado de A Ponte, efectivamente, “se tragó” dos millones de euros de dinero público, “se inauguró” en enero del 2015 pero nunca abrió pese a las múltiples promesas del alcalde Jácome.

A comienzos del verano los comerciantes de As Burgas se reunieron con los grupos municipales y “todo quedó en buenas palabras”, reconoce Alberto González. Antes y ahora piden lo mismo: conocer el proyecto del mercado. Si entonces les hicieron caso omiso, el mismo silencio sigue hoy.

Mientras, se acrecientan las sospechas. El presidente de los comerciantes alerta: “No nos gustaría que el modelo de mercado que se estaría planificando vaya a espaldas nuestras, que somos los que regresaremos a los puestos”.

¿Cuáles son entonces las reivindicaciones? Conocer cómo se organizarán los espacios dentro, que el proyecto de obra abarque también la zona del rianxo, que se les explique cómo va a quedar la accesibilidad al edificio y cómo se organizará la circulación de los vehículos por el entorno, con el consiguiente aparcamiento.

Los comerciantes ven como “las oportunidades para obtener nuevos recursos pasan por delante del Concello”, según Emilio González. Echa de menos “el apoyo que hay en otras ciudades para optar a fondos europeos y aquí se nos dice que no hay tiempo para solicitarlos”. Alberto González alude a que hay 62 millones de euros para la mejora de las plazas de abastos “que podrían pedirse desde aquí pero se nos dice que es mejor esperar al año que viene”.

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