Acudir a la vivienda de su ex mujer, seguirla hasta su lugar de trabajo y pedirle explicaciones sobre su vida privada. Estos son los hechos por los que un hombre aceptó nueve meses de prisión, dado que una sentencia judicial le impedía acercarse a la mujer o comunicarse con ella.
Nueve meses de prisión es la pena con la que se conformó un hombre por acercarse a su ex mujer cuando tenía en vigor una resolución judicial que le impedía acercarse o comunicarse con ella durante dos años. Los hechos ocurrieron en enero del año pasado, cuando Manuel dos Reis fue sorprendido por la mujer cuando salía del portal de su casa, siguiéndola hasta su lugar de trabajo, en donde le pidió explicaciones sobre su vida privada de forma muy alterada.
Del mismo modo, la sentencia considera probado (debido a la conformidad del acusado) que, en otra ocasión, el hombre se presentó nuevamente en el lugar de trabajo de la mujer con la excusa de entregarle una factura, regresando poco después para recoger a la hija de ambos y llevarla al colegio.
Así las cosas, el hombre estaba acusado de un delito de quebrantamiento de condena, dado que había sido condenado en 2005 por un delito de maltrato habitual, una falta de insultos y un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar. Entre otras medidas, la pena impuesta incluía el alejamiento no sólo de la mujer, sino también de su casa y lugar de trabajo durante dos años. El cumplimiento de la orden finalizaba este mismo mes de febrero.
Del mismo modo, la sentencia considera probado (debido a la conformidad del acusado) que, en otra ocasión, el hombre se presentó nuevamente en el lugar de trabajo de la mujer con la excusa de entregarle una factura, regresando poco después para recoger a la hija de ambos y llevarla al colegio.
Así las cosas, el hombre estaba acusado de un delito de quebrantamiento de condena, dado que había sido condenado en 2005 por un delito de maltrato habitual, una falta de insultos y un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar. Entre otras medidas, la pena impuesta incluía el alejamiento no sólo de la mujer, sino también de su casa y lugar de trabajo durante dos años. El cumplimiento de la orden finalizaba este mismo mes de febrero.
