Técnicos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil recogieron el domingo muestras en el Miño, a su paso por la ciudad, después de detectar un vertido a la altura del Puente Romano, en la margen izquierda del río. Un vertido que ayer volvió a aparecer y del que el organismo de cuenca todavía no había concretado su procedencia, al estar en fase de análisis las muestras recogidas. Las previsiones de la Confederación Hidrográfica eran volver a última hora de la tarde a comprobar el estado en el que se encontraba la zona y, en caso de que fuera necesario, tomar nuevas muestras.
Además de en las inmediaciones del Puente Romano, aguas abajo -unos 100 metros- también eran perceptibles ayer las consecuencias de un vertido, en este caso en la margen derecha del río, sin que tampoco se haya concretado su origen.
Estas nuevas manchas en el agua del Miño se producen apenas una semana después de que la rotura de una tubería provocase un nuevo vertido y malos olores en la margen derecha del río, también en el entorno del Puente Romano. En aquella ocasión, varias llamadas ciudadanas alertaron a la concesionaria del servicio de abastecimiento y saneamiento del agua de los malos olores en la zona. No obstante, a diferencia de lo sucedido entonces, el origen de los vertidos de ayer no está tan claro para el organismo de cuenca. Si se comprueba que la sustancia vertida era tóxica, el Concello podría tener que enfrentarse a una nueva sanción por parte de la Confederación Hidrográfica, tal y como ya ha sucedido en otras ocasiones.
Estas nuevas manchas en el agua del Miño se producen apenas una semana después de que la rotura de una tubería provocase un nuevo vertido y malos olores en la margen derecha del río, también en el entorno del Puente Romano. En aquella ocasión, varias llamadas ciudadanas alertaron a la concesionaria del servicio de abastecimiento y saneamiento del agua de los malos olores en la zona. No obstante, a diferencia de lo sucedido entonces, el origen de los vertidos de ayer no está tan claro para el organismo de cuenca. Si se comprueba que la sustancia vertida era tóxica, el Concello podría tener que enfrentarse a una nueva sanción por parte de la Confederación Hidrográfica, tal y como ya ha sucedido en otras ocasiones.
