La pequeña aldea de A Mioteira, en San Cibrao das Viñas, se prepara para la época en la que el pueblo se revoluciona por completo. Los 55 vecinos que residen en este núcleo, según el Instituto Galego de Estatística, empezaron una singular tradición en pandemia que ahora se ha convertido en todo un acontecimiento. La Navidad de A Mioteira vuelve a rivalizar con Vigo.
La pandemia, que alejó a los vecinos en sus casas, fue el motivo principal por el que los habitantes de este pueblo de San Cibrao se animaron a socializar más. Las luces de Navidad que decoran cada casa dieron la vuelta al mundo por una sencilla razón: era A Mioteira, pero podría ser Vigo con tal alumbrado. Por tercer año consecutivo y con más decoración que nunca, A Mioteira vuelve a brillar. Los vecinos más marchosos inauguraron ayer el alumbrado navideño, adelantándose incluso en media hora a la inauguración oficial de la ciudad. “No hay una casa sin iluminar este año”, cuenta alegre Kati, una de las impulsoras de esta actividad que, desde hace tres años, “colapsa” la aldea con centenares de coches que se acercan a contemplar las viviendas más iluminadas de Ourense.
No faltan los churros
En el tradicional encendido, con el cartel de A Mioteira ya iluminado, no faltó de nada. El año pasado, los churreros vieron un gran filón de negocio en esta pequeña aldea e instalaron sus puestos. Ya están pensando en volver por Navidad, aunque ayer hubo un aperitivo por iniciativa de los vecinos. “Churros no faltarán. Pinchos tampoco. Queríamos traer un carrusel pero ya era demasiado”, bromean los vecinos.
“Cada uno va innovando y poniendo lucerío en sus casas. Yo creo que en breve ya no entran más luces”, se ríe Kati. La iniciativa nació gracias a su marido: “Es un loco de la Navidad. El Grinch bueno. Siempre le gustó esta época y adornar las casas. Los vecinos de al lado se aminaron y creamos un grupo de wasap con los vecinos para que también se animaran. Creo que se nos fue un poco de las manos. Ahora no hay vecino que no ponga luces”, explican los promotores. En A Mioteira, donde no falta la luz ni la música, ya esperan el tráfico de coches como cada año. “Esperemos que en el puente de diciembre se anime la gente, y eso que dan lluvias”.
A los churros de bienvenida se unió ayer un photocall de madera diseñado por una vecina. En A Mioteira aún esconden otro secreto: un Belén que, al parecer, custodia una vecina en su casa. Para verlo, solo es necesario preguntar en alguna de las casas del pueblo por ella. “Aquí viene todo el mundo a ver el alumbrado”, presumen los promotores que, un año más, quieren retar a Vigo.
