En paralelo al tesoro ourensano por explotar, hay localidades gallegas y portuguesas que se han fijado en el termalismo de Ourense para crear sus propios espacios, especialmente los destinados a uso lúdico, encargando sondeos y buscando, nunca mejor dicho, agua debajo de las piedras. El revulsivo económico que supone contar con agua termal es único y los concellos lo saben.
Hay varios municipios gallegos que se han sumado al carro de este motor económico. El Concello de Salvaterra (Pontevedra) reabrió hace un mes el espacio termal de Teans-Oleiros, un área recreativa de más de 22.000 metros cuadrados a orillas del río Miño y en la que el agua sale a más de 40 grados. De hecho, fueron el primer concello gallego en obtener la autorización de aprovechamiento lúdico del agua en base a la reciente ley de la Xunta de Galicia.
Piscinas en Lugo
Lugo también lleva tiempo explorando su riqueza termal. Esperan que a finales de 2022 esté operativo su nuevo complejo de ocio, “Caldas do Miño”, un recinto formado por siete piscinas al aire libre a diferentes temperaturas. “El proyecto dotará a Lugo de unos baños públicos con agua caliente haciendo un guiño a las termas y, por lo tanto, a la historia cultural de la ciudad, aunque no tienen un fin sociosanitario por no tratarse de aguas mineromedicinales si no que provienen de la traída y se acondicionarán térmicamente para su disfrute”, explican desde este concello. La inversión es cercana al millón de euros y esperan que sea un revulsivo económico y turístico, a pesar de que no son aguas mineromedicinales como las de Ourense.
En la frontera lusa
A las termas de Chaves, en la frontera lusa, acuden bañistas portugueses pero también ourensanos. Hace un año pensaron en “replicar” el modelo ourensano, ubicando piscinas exteriores añadidas a la oferta del balneario. Las obras del recinto, llamado Aquae Salutem, cuentan con una inversión de 1,2 millones. Por el balneario de Chaves pasaron en 2019 un total de 8.000 usuarios, según los datos de la prensa lusa, el mayor número de su historia. Con las piscinas esperan que el interés sea aún mayor.
