El "multamóvil" de Ourense comenzará a sancionar a principios de julio

El  “multamóvil” del Concello, de servicio en la Praza Maior.
photo_camera El “multamóvil” del Concello, de servicio en la Praza Maior.
Durante sus meses de funcionamiento controlaba a una media de veinte personas diarias

El “multamóvil” del Concello volverá a estar operativo a principios de julio. O eso prevén desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana. El Automóvil de Vigilancia Integral (AVI), que controla los coches mal aparcados, puede verse igualmente circular por las calles de la ciudad desde hace unas semanas pero lo hace como cualquier otra patrulla. Las multas son cursadas “a mano” por el agente que lo conduce. 

Así, sin competencias reales para detectar excesos de velocidad vuelve cada día del servicio con una media de siete infracciones detectadas, una cifra que podría triplicarse cuando vuelva a estar operativo dado que, según Telmo Ucha, en años anteriores “nunca volvían de un servicio con menos de 20 infracciones” , señala.

El vehículo comenzó sus andanzas en 2007, pero poco duró en la carretera. En 2019 trató de volver, sin embargo, el único agente formado para conducirlo se jubiló poco tiempo después y el “multamóvil” volvió a aparcarse en el garaje. En enero de 2020 volvía a la carretera con un nuevo funcionario preparado para esta labor y, aún con esas, desaparecía de nuevo de las carreteras sin haberle dado demasiado uso. 

Ahora, estará a punto para, al fin, tratar de aplicar el Plan de Movilidad pero  “dependerá de un software que tienen que ajustar y hasta la semana no sabremos la fecha exacta”, explica Ucha. 

El AVI es una de las medidas, junto a los límites de velocidad 30, que pondría en marcha el rezagado Plan de Movilidad tras más de un año en el olvido. Otra fueron los radares móviles instaurados en varios puntos de Ourense, pero los datos demostraron que su uso era circunstancial. Habrá que ver si el uso del AVI se aplica del mismo modo. 

En noviembre de 2020, se instalaban una serie de cinemómetros móviles coincidiendo con un atropello mortal en Pena Trevinca. Registraron hasta 1.000 vehículos controlados en tres días  y sancionaron a 12 personas por sobrepasar los límites. Sin embargo, solo cinco meses más tarde, su presencia desaparecía de las calles y la media de coches controlados era de cuatro  cada jornada.

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