Un negocio, en el ‘top ten' de Interesport en toda España

La tienda de la calle Curros Enríquez fue abierta hace seis años y ocupa 1.000 metros cuadrados. (Foto: Xesús Fariñas)
La mayoría de la sociedad ha incorporado a sus hábitos de vida nuevos códigos. “Antes una persona de 50 años o más venía a la tienda a comprar material deportivo para sus hijos o sus nietos y hoy viene como cliente, para comprar ese material para sí misma”.
El comentario lo hace Fernando Bouso, cogerente de la firma Bouso Intersport, para valorar la incorporación de nuevos perfiles de clientes a las tiendas de deporte y tiempo libre. Este factor justifica también que hayan sido muchas las empresas que durante los últimos años hayan sondeado ese mercado. No es el caso de Bouso, que ya tiene a sus espaldas 48 años de vida, una firma asociada a las costumbres comerciales de la capital. Hoy la sociedad mercantil está gestionada por Fernando, Ana y Susana Bouso Fuentecilla, hijos de Fernando y Marisol, el matrimonio que puso en marcha el negocio familiar en 1965. Las desaparecidas Galerías Tobaris de la calle del Paseo acogieron el primer negocio familiar cuando “la práctica deportiva era poca y la ropa deportiva tampoco se usaba en el vestir, como sucede ahora”, recuerda Fernando. Incluso recuerda a modo de anécdota que el establecimiento estaba atendido por Marisol, su madre, “algo que no era muy frecuente en aquellas épocas”.
El fundador del negocio adquiere carácter de “visionario” cuando en 1986 decide unirse con Intersport, hoy el primer grupo de compras del mundo en material deportivo, con más de 300 tiendas en toda España. Esa alianza supuso un acelerón en el crecimiento de la firma ourensana. Además de la tienda en el Paseo abrieron otras en Ervedelo, rúa Concordia y Ponte Vella Centro Comercial. Sin embargo, uno de los saltos cualitativos se produjo hace seis años cuando abrieron el establecimiento de Curros Enríquez, coincidiendo con el cierre de la tienda matriz en el Paseo y la de Ervedelo. En estos momentos Intersport Bouso tiene 1.350 metros cuadrados de sala de ventas, divididos entre los 1.000 de Curros Enríquez, los 250 del centro comercial y los 100 restantes de la calle Concordia.
La empresa da trabajo a 17 personas de forma estable y en cuando a facturación sus responsables prefieren no facilitar cantidades. Han invertido en torno a un millón de euros en la tienda de Curros Enríquez, de los que 600.000 han sido para la adecuar el local y más de 300.000 en la primera dotación de material. Según Fernando Bouso, sus tiendas “son líderes en Ourense”, los segundos en Galicia, y están “entre los diez más fuertes del grupo Intersport”, que tiene 300 puntos de venta en toda España.

PROYECTOS
La familia Bouso ha decidido poner a macerar sus ansiados planes de expansión por culpa de la crisis. El negocio ha ido siempre a más y “ahora estamos esperando a que la situación mejore un poco, pero siempre hemos tenido interés en expandirnos”, declara el cogerente. Para afrontar ese reto la empresa debe tener “músculo financiero”, algo que parece estar asegurado. Sin embargo, ni la cosa está para prisas ni tienen intención alguna en precipitarse. Fernando Bouso zanja con un “no se descarta” las preguntas sobre nuevas inversiones en Ourense o fuera de la provincia. Eso sí, reconoce que “están apareciendo algunas oportunidades” que podrían estudiar, pero no parece que se encaucen antes de un par de años.
Mientras esos momentos no llegan, los responsables de la firma de material deportivo reconocen que el entorno “es duro para todos y son momentos en los que hay que aguantar”. Fernando se refiere a que “la empresa que no esté muy endeudada lo tiene más fácil y nosotros, en ese sentido, estamos bien, sin mayores problemas”.

“El comercio local tiene futuro, pero debe reciclarse continuamente”
Fernando Bouso ensalza las virtudes del negocio familiar. Sus padres lo pusieron en marcha y él y sus hermanas están hoy al frente. Hay muchas teorías sobre la forma de llevar este tipo de sociedades y él tiene la suya. Sostiene Fernando que “con un socio, si tienes problemas, es posible que rompas la sociedad, pero con la familia es distinto, todo se arregla de forma más fácil”. Alude a su padre, el fundador de la pequeña red de tiendas, para indicar que en la gestión de los negocios y en la atención al público “hay que ser serios, no se deben dar bandazos”.
La familia Bouso es un ejemplo de comercio “de toda la vida”, de los que han mantenido en tipo en la ciudad. El centro de la capital es desde hace años una concentración de negocios que en su mayoría han ido a manos foráneas. ¿Significa eso que el comercio local, el tradicional, está herido de muerte? Fernando explica que “hay grandes oportunidades y la cercanía con el cliente y el trato personalizado se vuelve a valorar”, para añadir que las tiendas de pequeño o mediano formato de Ourense “tienen futuro, pero deben reciclarse continuamente, apostar por novedades”. En su caso reconoce que “el gran aliciente” para que su firma creciese se debe a la asociación con Intersport, una multinacional presente en muchos países y que mantiene interesantes proyectos de expansión en toda España.

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