Crisis del coronavirus

“No me cobró el alquiler y lloré"

Ourense 17/3/20
Entrevista a Jorge Cachaldora en su peluquería

Fotos Martiño Pinal
photo_camera Jorge Cachaldora, empresario ourensano del sector de la peluquería. //Fotos Martiño Pinal
El casero no llamó para exigir el pago del alquiler, sí para lo contrario. Mientras haya estado de alarma el empresario Jorge Cachaldora no pagará la renta de su peluquería porque está cerrada. El ejemplo puede cundir. Algún otro caso hay.

Sonó el teléfono de Jorge Cachaldora, empresario de peluquería, y era su casero. "Me ha dicho que no me iba a cobrar el alquiler mientras dure la pandemia esta, o como se llame, lo cual me emocionó y me cayeron las lágrimas". Y lo vuelven hacer mientras recuerda la llamada. Se le quiebra la voz. Cuando recobra la compostura relata lo agradecido que le está al dueño del local que tiene alquilado para su peluquería de la calle del Paseo. El negocio, como el resto de actividades comerciales, espera días mejores mientras cuelga en la puerta el cartel de cerrado. Si no hay recursos, malamente se puede hacer frente a los gastos. 


En ello hay (o debiera) haber una actitud moralizante. Jorge Cachaldora espera a que haya otros arrendadores que tengan en cuenta la situación por la que atraviesan los arrendatarios. De negocios, pero también de viviendas. "Que se apunten también a esta medida", sugiere el empresario de peluquería. A fin de cuentas, "eso lo tenemos que pasar entre todos, lo tenemos que pasar juntos y de la mejor forma porque sino los pequeños comercios no podemos subsistir", implora. 

"Jorge también me perdonaría a mí el alquiler", dice el dueño del local, que le perdonará la renta "el tiempo que sea necesario"


Y, ¿quién fue el casero que llamó a Jorge para darle la buena noticia? El dueño del local —que vive fuera de Ourense— quiere poner un poco de sordina a la decisión y opta por la discreción. Está seguro de que "Jorge Cachaldora también me perdonaría el alquiler si fuese al contrario". La crisis del coronavirus está mandando a la UCI a muchas empresas, algunas con poco músculo financiero como para seguir soportando los gastos, entre ellos los de la renta mensual del local.


"Son negocios pequeños, el pequeño comercio lo tiene difícil", razona el casero de Jorge. El estado de alarma decretado por el Gobierno podría tener una segunda versión, con lo que algunas penurias seguirán. Por el alquiler Jorge Cachaldora no debe preocuparse, el dueño del local que ocupa "el tiempo que sea necesario".

MÁS GESTOS

El gesto está teniendo cierto mimetismo. Beatriz Rumbao Arana. Tiene un bar alquilado en Allariz y ha decidido dejar de cobrar el alquiler desde el inicio del estado de alarma y el consiguiente cierre del negocio. "Pienso que en estas situaciones hay que ponerse en el lugar de los demás e intentar ayudar en la medida de lo posible, sobre todo en la situación en la que están los autónomos". Un testimonio al que le añade otra vertiente humana: "En este caso además, se trata de una familia emigrante de Venezuela que su único ingreso es el que obtienen del bar".

Beatriz lo tiene claro, "no cobraré el alquiler hasta que el negocio pueda volver a abrir". Y, como moraleja y llamamiento a la conciencia social, alude a que "ojalá más gente que pueda hacerlo se una a esta iniciativa y así, poniendo cada uno nuestro granito de arena, todo sea más fácil de superar".


La delicada situación encuentra eco también en el sector inmobiliario. La empresa Anges Servicios Inmobiliarios  va "con los tiempos que corren, que nos ponen a todos a prueba" y han decidido "aportar nuestro granito de arena para ayudar a la consecución de la victoria contra el enemigo común". En una carta a los clientes anuncia una rebaja del alquiler en un 50% para el próximo mes de abril, esperando que esto ayude a relajar un poco la presión económica que supone el parón casi total que se está llevando a cabo en todo el país".

EL SECTOR
Pero, más allá de estos ejemplos (u otros que de momento no han visto la luz), el denominador común es mantener la cuota. El dueño de una importante agencia de la propiedad inmobiliaria con oficinas en Ourense y otras ciudades gallegas valoró de forma positiva los gestos de la moratoria en el abono de los alquileres. Pero no le constan que estas prácticas hayan prendido hasta el momento, sin que las descarte, eso sí. Y es que todo el mundo toma la iniciativa, en este caso a la inversa. Las inmobiliarias, como reconoce este empresario, están pidiendo rebajas a los portales de anuncios de alquileres o venta de propiedades. Pero en Internet no se han dado por enterados. Hay caseros y caseros.n

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