El Expediente de Regulación de Empleo que el BBVA puso en marcha en junio del año pasado tiene en pie de guerra a los sindicatos, que ven desproporcionada la medida atendiendo a los resultados de la entidad. En el primer trimestre de 2020, el grupo sumó 1.258 millones de beneficios -sin incluir el deterioro del fondo de comercio en Estados Unidos-, mientras que en los sucesivos periodos ganó 636 millones, 1.141 y 1.320. Sin embargo, justifican el ERE por causas organizativas y descenso de las ganancias.
“Non entendemos que unha empresa con beneficios poida facer un ERE. A reforma laboral de 2012 permíteo, pero estamos en total desacordo”, destacó el delegado de la Confederación Intersindical Galega (CIG) de Ourense en la compañía, Luis Sabuz. Por el momento, en la provincia cerraron tres sucursales -todas ellas en la ciudad, ubicadas en las avenidas de Santiago y Buenos Aires y en la Rúa do Progreso- desde el año pasado, con lo que la cifra de oficinas abiertas pasó de 15 a 12. El número de trabajadores despedidos por el ERE ascendió a siete, aunque en un principio lo solicitaron entre 15 y 20, lo que, según Sabuz, muestra, “que os traballadores están fartos de aturar a presión e o ambiente que se vive na empresa”.
La CIG fue el único sindicato que en la provincia de Ourense no firmó el ERE. También critican que la compañía está dejando sus oficinas atendidas por agentes financieros externos -despide a personal propio para contratar trabajadores como falsos autónomos- “para simular que non hai cambios, aínda que no longo prazo acaban pechando definitivamente as sucursais”. “Hai algunhas oficinas nas que só teñen contratado a un axente, que é autónomo, cunhas condicións coma se fora un axente de seguros”, destacó el delegado sindical, quien se convirtió en el único trabajador contratado en el departamento de caja, ya que el resto son “xestores comerciais de mesa ou persoas contratadas por empresas de emprego temporal”.
Una muestra más
Para los trabajadores, esta última medida es solo una muestra más de la intención de la compañía de aligerar plantilla, y la CIG cifra en 25 la pérdida de puestos de trabajo en los últimos tres años, en los que la nómina provincial pasó de los 78 a los 53 empleados.
Los trabajadores afectados, todos ellos con entre 57 y 62 años, recibirán mensualmente el 75% de su salario vía despido, y durante los dos primeros años la compañia pagará la diferencia entre el monto estipulado para cada caso y la suma que reciba por el paro. A los 63 años entrarán en el régimen de jubilación. El Expediente sigue abierto, en principio, hasta el próximo 31 de marzo, fecha hasta la que se pueden seguir produciendo cierres y despidos, y los sindicatos temen que se puedan producir más EREs en el futuro. “De momento non hai nada ó respecto, pero seguro que este ano ou a principios do ano que ven volverá a haber outro”, presagió Sabuz.
El sindicato organizó protestas por cada una de las sucursales cerradas en territorio ourensano, y seguirán haciéndolo en el futuro si se repite la situación. BBVA afirma que “las oficinas siguen jugando un papel fundamental” y que “no están previstas” nuevas clausuras. “Las oficinas que se han cerrado en 2021 son las acordadas en el ERE”, destacaron.
Cierres en todo el país
La situación que viven los empleados se extiende a nivel nacional. Las estimaciones oficiales apuntan a que en todo el país habrá 2.935 trabajadores afectados por el Expediente y se cerrarán 480 oficinas. En Galicia, el número de sucursales clausuradas asciende a 24, de las cuales 11 se ubicaban en A Coruña, cinco en Lugo, otras cinco en Pontevedra y tres en la provincia ourensana.
