Toda la escena cultural ourensana se encuentra en shock ante el fallecimiento, a los 41 años y a causa de un infarto, de Jaime Mateo, a quien se recordará como referente absoluto de la vida artística de la ciudad durante los últimos 30 años, además de por su bondad como persona.
Dentro de un eclecticismo sorprendente, participó principalmente en el arte de la música, donde recuperó sonidos tradicionales para llevarlos a lugares inexplorados e innovar, pero también en cine y teatro. En definitiva, se involucró intensamente en toda la vida sociocultural de Ourense hasta convertirse en uno de sus más destacados referentes, y fue incluso pionero del skate en la ciudad con su pandilla, inspirando a varias generaciones.
Iago Corral, gerente de El Pueblo Café Cultural, lo definía ayer como “uno de los puentes intergeneracionales y culturales más importantes que se recuerdan”. Él, y muchos otros, toda la escena cultural de la ciudad, le recuerda como “la persona menos pretenciosa que conocí. Y pudiendo serlo, porque conocía a mucha gente y tenía mucho talento y carisma, todo el mundo le reclamaba para proyectos en común. Era muy bueno, muy amigo, muy cercano, y tenía valores que hoy es muy difícil de encontrar, cuando el mundo está lleno de gente que quiere destacar, incluso sin saber hacer nada; pero él, pudiendo hacerlo, no quería”.
Arcadio Nóvoa recuerda a su compañero en el grupo Os Amigos dos Músicos como “un músico excepcional y una persona fantástica, que contaba con una formación artística multidisciplinar. Pintaba, hacía teatro, pinchaba como DJ… A cualquiera persona que le preguntes, hablará de toda la ilusión que le ponía a todos los proyectos en los que participaba”.
