Carlos Crespo (Guipúzcoa) y Diana Lorenzo (O Carballiño) tienen dos hijas y llevan residiendo en la villa del Arenteiro 17 años. La familia de Carlos es descendiente de emigrantes de O Irixo al País Vasco, y él ha querido desandar el camino que emprendieron sus bisabuelos y asentarse en su tierra de origen.
“Valoro la cercanía a muchas cosas. Carballiño es un enclave geográfico muy interesante, que se ha reforzado ahora con el AVE. Aquí hay mucho asociacionismo, muchas actividades deportivas y culturales. Tenemos numerosos clubs, incluso de gimnasia rítmica y patinaje; hay cine, escuela de teatro y un servicio de conciliación”, dice. Añade que no valora “las obras faraónicas, sino la política hecha para la gente; propiciar que los ciudadanos se asocien para dinamizar el pueblo y por eso tenemos una sociedad de pulpeiros, de comerciantes, de empresarios y otras numerosas entidades. Me gustaría que mis dos niñas desarrollen sus potenciales en donde se forman, en Carballiño”.
Esta familia afirma que echa en falta un mayor apoyo de otras administraciones que podrían potenciar todo ese asociacionismo y dinamismo que hay en la villa. En definitiva, concluye “nos gusta vivir aquí por los servicios, buena comunicación, y por la voluntad de la gente para asociarse”.
