Ourense no tempo: álbum de verano | "El Cortijo"

Ourense no tempo
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La entrega de esta jornada de Ourense no tempo ahora también en formato pódcast.

Ourense no tempo

Cuando me dejaron esta fotografía, solo me faltó llorar. No sé qué recuerdos tenéis de este lugar pero os puedo asegurar que los míos son muy dulces.

Circa 1974. Fotógrafo Lisardo Mazaira. Papel fotografico. Colección Lisardo Mazaira.
Circa 1974. Fotógrafo Lisardo Mazaira. Papel fotografico. Colección Lisardo Mazaira.

La imagen corresponde a una época en la que yo solo entraba y salía del local, desde el cristal del bar-refrigerador, pedía mi “soft” (como años después supe que se llamaba), aunque la frase real era: “deme uno de nata de la máquina”, eso acompañado de la cantidad  y ahí venía el problema, cuando la economía estaba precaria, cosa muy común, había que conformarse con un 10 o 15 y en esos casos, el cucurucho era de “paja”, ahhhh!!!.  Cuando tenías cinco “duros” y pedías el de 25 pesetas con su oblea, eso era un verdadero placer; aunque también era cierto que desde el momento en el que amable camarero, (amigo en alguna etapa) , te entregaba ese preciado cucurucho, comenzaba una carrera contra el tiempo (siempre perdida), para no terminar “escurruchando”, (goteando) el preciado helado en mis pantalones.

Años más tarde, cuando tras duras batallas entre el Ayuntamiento y los comerciantes de la zona, la calle se hizo peatonal, descubrí la terraza y con ella otros pequeños o grandes placeres, según el día. No sé si todos compartís mi gusto por los helados, pero para los que no lo conocíais os cuento que tenían una copa especial, que se llamaba “Copa Galicia”, (nada que ver con las organizadas por la Xunta), nueve bolas de helado al gusto, espolvoreadas con nata y almíbares varios, y para que fuera dieta sana, aderezada con frutas variadas. 

Ahora que lo pienso, aunque nunca noté ningún olor, debía emanar algún tipo de efluvio atrayente porque era dejar el bueno de “Pereira” (encargado de la terraza) sobre la mesa, y pronto aparecía algún familiar o amigo por la calle de la Paseo sin prisas, dispuesto a reclamar una cucharada de apoyo, y echarme una mano en aras de cuidar mi salud, y mi “tipito”.

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