El bum de la música en directo ha dejado sin habla a quienes estos años, con razón o sin ella, se quejaban de que esta ciudad adolecía de propuestas interesantes. Ahora las razones para no salir serán otras.

El Ourense de todas las músicas

Actuación de Dover en la Sala Berlín. (Foto: JOSÉ PAZ)
El momento es extraño, raro, raro, que diría un descreído. Nadie recuerda uno como éste, en dos, tres años, Ourense se ha convertido en una ciudad viva, con una agenda de conciertos fuera de control. ¿Espejismo? ¿burbuja? A la oferta de locales que programan música en directo debemos unir dos festivales en programación, Reperkusión y Derrame Rock, con un abanico musical de amplio espectro.
La música en directo siempre ha tenido presencia en la ciudad aunque con altibajos, históricas salas como Dominique, Vanesa, Fresas, Bogart, Luna 11, Capitol, Caritel, Salamandra, han sido nombres que han tenido algo que decir y han quedado en la historia. La propia Casa da Xuventude en los 90 vibrante a rabiar, de la mano de sus colectivos más vivos, Ovella Negra, Comando Estrela Galicia, Demos, vislumbró cuatro años de programación interesantes: Los Ronaldos, Wilco Johnson, etc.


LOCALES Y PÚBLICO

'Sin el público no existiría nada', lo corrobora Eduardo Rodríguez, del Café Latino. Por su local ha pasado lo más granado del jazz ?Ray Brown, Milt Jackson, Kenny Barron, Jon Faddis, Al di Meola, Michael Camilo, Mulgrew Miller, Randy Weston? artistas inalcanzables a los que un grado de arrojo, buenas relaciones y mucho esfuerzo económico, hicieron que pusieran pie en la ciudad. Como reconoce el propio Eduardo, con los precios de las entradas se paga el coste del hotel y poco más 'el resto viene de patrocinadores y ayudas'. Es cierto que la crisis ha mermado la presencia de figuras en el Festival, que lo mejor, es más que probable que ya se haya visto, aún así su programación sigue siendo de una gran calidad. El festival de Jazz a lo largo de estos años es ejemplo de fidelización de públicos que le dan soporte a la programación, opinión que comparte otro de los programadores, David Penouzo, del Café Torgal, quien ha conseguido, programando música 'alternativa' en acústico, hacer de su local un espacio significado. Por la sala han pasado artistas como Damien Jurado, Micah P. Hinson, Ken String Follow, Crooked Fingers entre otros muchos, algo increíble para un café en un sótano con capacidades más que reducidas. 'Nuestra agenda está estudiada al máximo sobre el papel, e intentas estar siempre en comunión con el público'.


EL DEDO EN LA LLAGA

Hay voces que apuntan a que todo lo que está sucediendo con la música es un espejismo. Que la crisis se está cebando con la música, y los músicos se han visto obligados a espolear el directo como única manera de hacer algo de dinero; los cachés están por los suelos, incluso hay casos de grupos conocidos que están tocando por la taquilla. Quien pone las cosas con claridad sobre la mesa es David Paz, él lleva la programación del Café Auriense desde hace trece años, programando alrededor de 80-90 conciertos por año, 'agora os cachés dos músicos están semirregalados, os grupos che piden cubrir gastos, se poden, che veñen de Galicia, Euskadi pola taquilla, cena e hotel; non quero mentir pero eu podo ter unhas 2000 bandas en mails agardando por tocar'. Sin embargo, así lo reconoce, 'o público que asiste aos concertos baixou nun trinta?coarenta por cento'.

La Sala Berlín es la novedad, a un año de su apertura no han dejado de programar todas las semanas, Franco, uno de sus responsables reconoce que 'en el momento más complicado es cuando nosotros hemos salido a escena, y es cuando más programación se está haciendo'. Son ellos los que contactan con promotores y grupos. En la sala también están programando el colectivo Lestrato.

A la amplia oferta se suman cada vez más locales, el último, la Sala Capital.

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