Pacientes con daño cerebral piden rehabilitaciones “dignas” en Ourense

La atención tras el alta hospitalaria es “clave” para mejorar su calidad de vida y lograr mayor autonomía

La Asociación de Dano Cerebral Adquirido de Ourense Renacer salió este martes, en el día nacional de esta afectación, para reclamar que los pacientes cuenten con un acceso a una rehabilitación “digna”. “Queremos que todos dispongan de una continuidad asistencial una vez recibida el alta hospitalaria, independiente de su situación económica, social o geográfica”, destaca Noelia Luque, directora de la entidad.

Disponer de atención al abandonar el hospital es “fundamental” para que mejorar su calidad de vida y su autonomía, con un plan ajustado a las circunstancias de cada uno. “La neurorehabilitación inmediata permitirá cubrir sus necesidades, evitar que el daño se estanque y que puedan retomar algunas actividades”, comenta. Además de las dificultades que se encuentran en su recuperación, también se enfrentan a los problemas de contar con ayudas a la dependencia y la falta de información para sus familiares. “Lo primero que nos dicen cuando llegan a la asociación es ‘¿y ahora qué?’. Carecen de las herramientas para enfrentar un cambio inesperado en sus vidas”, lamenta la directora de la asociación.

Los ictus, los traumatismos y los tumores cerebrales son las principales causas del daño cerebral adquirido, siendo el primero la principal causa de mortalidad en el país y de discapacidad. “El 78% son ictus, su incidencia es elevada y se desconoce qué lo produce”, explica Luque. La longevidad, el estrés, la alimentación o los problemas cardiovasculares son algunos factores que parecen incidir, especialmente la edad. Pese a ello, Luque se muestra sorprendida por la prevalencia en el rango de 45 a 55 años. “La demanda es real. El movimiento asociativo reclama un censo de personas con daño cerebral para ajustar los recursos con un acceso igualitario”, añade.

Estrategia nacional

Los colectivos de pacientes con daño cerebral del país piden una estrategia nacional para abordar la situación de estas personas, para que “no caigan en el olvido”. En muchos casos, una intervención rápida con ellos favorecerá para mejorar su integración social. “Con una red de apoyo sociosanitario tienen la posibilidad de recuperar sus vidas tras una afectación cerebral”, apunta. La escasez de centros especializados en este tipo de daño tampoco favorece la situación.

El papel del cuidador sufre especialmente las consecuencias de la falta de apoyos. Luque se hace eco de varios estudios que muestran la influencia del daño cerebral en el núcleo familiar del paciente: “Genera un especial desgaste en las personas que asumen sus cuidados, principalmente mujeres entre 56 y 58 años que dejan sus empleos para dedicarse a ellos en exclusiva”. Para evitarlo, las ayudas externas son imprescindibles y se topan con las trabas burocráticas en una ley de dependencia que “acumula retrasos”.

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