Buena parte del suelo empresarial prometido por la Xunta tiene ya un alto nivel de reserva, aún cuando ni siquiera hay fecha para el inicio de las obras de esos equipamientos. Es el caso del de Pereiro de Aguiar, que ampliará en más de 200.000 metros cuadrados los 600.000 de los que dispone actualmente, pero el 86% estaría ya comprometido. Es más, una empresa que se ubica en otro punto del área periurbana estaría interesada en ocupar 50.000 metros cuadrados, una cuarta parte del total.
El alcalde de Pereiro, Luis Menor describe la situación aludiendo a que “da superficie prevista temos 173.000 metros cadrados reservados, con compromisos serios de asentamento”. Confiesa sentirse “agradablemente sorprendido” por lo manifestado por 17 empresas “que queren ampliar superficie no parque ou que queren vir a el”.
Pero esta dotación aún debe superar algunos trámites. La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, manifestó hace dos semanas que falta la aprobación definitiva del Plan Sectorial. Tanto ella como el alcalde, Luis Menor, imputan el retraso a la Confederación Hidrográfica Miño Sil, que aún no emitió su informe preceptivo. “Si la Confederación no contesta al requerimiento significa que su informe es desfavorable y no permite avanzar”, matizó la conselleira.
Otro de los asentamientos que espera ampliación es el polígono industrial de San Cibrao. La Xunta ha presupuestado para este año 4,5 millones de euros y Medio Ambiente confirma que “se están cerrando ciertos flecos para que el Concello de San Cibrao proceda a aprobarlo en pleno”. A partir de ahí, “en 2023 sacaremos adelante la licitación de la urbanización y por tanto, esa ampliación será efectiva. Esperamos que en 2024 ya estén a la venta esas parcelas”, según explicó Ángeles Vázquez.
Pero ya hay empresas llamando a esa puerta porque la promesa de ampliación arranca del 2019. José Antonio Rodríguez Araújo, presidente de la Asociación de Empresarios de San Cibrao alude a que “esta ampliación es la respuesta apropiada a una demanda creciente de suelo industrial, que actualmente solo ofrece parcelas pequeñas y a precios de mercado, pues son privadas”. Cree que “con el nuevo suelo industrial de promoción pública no solo se podrá satisfacer esta demanda, sino que también se hará a un precio bonificado, lo que espero que redoble el interés de empresas e industrias”. Rodríguez Araújo cree muy significativo que “haya muchos empresarios que nos llaman para preguntar por plazos para poder gestionar la reserva”.
Hay otros suelos en cartera. Es el caso de Paderne de Allariz, donde la Xunta ha previsto un millón de metros cuadrados para un nuevo asentamiento. La Consellería de Medio Ambiente adjudicó el proyecto sectorial y, además, se puede ver beneficiado de la reciente aprobación de la Ley de Áreas Sectoriales, “que hace que seamos más ágiles”, según la Xunta.
Varias comarcas solicitan más superficie industrial
No todos los parques empresariales de la provincia tienen la misma ocupación ni despiertan el mismo interés para nuevos asentamientos o ampliaciones de los actuales. Comarcas como las de Carballiño apenas disponen ya de parcelas libres aunque está planteado un proyecto conjunto con el Concello de Maside para aumentar en un 60% la superficie actual. En Ribadavia esperan por la tercera fase de la ampliación de su parque empresarial, en la que solo hay siete empresas, pero que emplean a más de 200 personas.
En otros emplazamientos también están programadas nuevas actuaciones. Es el caso de Xinzo de Limia, al igual que sucede con Verín, que cuenta con el apoyo del Concello. En O Barco fuentes empresariales urgen también nuevos equipamientos. En la actualidad, los polígonos ya operativos en la provincia tienen una gran capacidad para mantener a sus empresas y el empleo, evitando la desertización de muchas áreas.
Cerca de 200 negocios de diferentes tamaños se localizan en los parques ourensanos, con unos 2.500 empleos directos. El más importante de todos ellos es el de Carballiño, que tiene más de 50 empresas operativas, que emplean a más de un millar de trabajadores.
