De Pereiro a los Pirineos

Tras 37 días de aventura, el vecino de Pereiro de Aguiar Alfonso Junco está a punto de completar los más de 5.000 kilómetros de perímetro peninsular. Ha recorrido, con salida en Pereiro y una bandera con el escudo del municipio en su bicicleta, todos los kilómetros de costa de la Península Ibérica, una gesta que está a punto de culminar. Ayer se adentraba de nuevo en Galicia, habiendo superado ya los retos más difíciles de la ruta, los Pirineos. “M intención era hacer la Transpirenaica -una ruta de montaña que cruza los Pirineos de oeste a este”, reconoce Junco, pero a sus 54 años le surgió la oportunidad de hacer un reto mucho más largo, ya que a sus 54 años pudo acogerse a la prejubilación. En ese momento, se le ocurrió que haría la Transpirenaica, cruzar todos los Pirineos, como efectivamente ya ha hecho, pero saliendo en su bicicleta desde casa. “Siempre fui aficionado al ciclismo y a los deportes de fondo”, relata Alfonso. No solo la prejubilación le dio la oportunidad, sino que también ha podido hacerlo gracias a que sus hijos -Clara, de 10 años, y Miguel, de 15- “están cuidados con su madre y su abuela” y que tenía “algo de dinero disponible para hacerlo”. Con todas las condiciones requeridas, pudo emprender una aventura en la que ha querido implicar al Concello de Pereiro de Aguiar, dando nombre a la ruta: De Pereiro a Pereiro por los Pirineos. “Pensé que era buena cosa que Pereiro figurara en el nombre de la ruta, ya que es donde viven mis hijos y cuanta más repercusión tenga, mejor para su futuro en él”, relata Alfonso, que fue despedido cuando partió por el propio alcalde, Luis Menor, que ya le prepara un evento para recibirlo estos próximos días. 150 kilómetros diarios Partió el 14 de mayo de Pereiro y el primer punto de la costa lo alcanzó en Saiáns (Vigo). Desde ahí, todo por la costa portuguesa y española, que no dejó hasta el cabo de Creus, donde tomó partida hacia los Pirineos. “En la costa atlántica cogí días de viento en contra hasta Lisboa, a partir de ahí fue mejor salvo la zona de Almería con una costa muy abrupta que hace subir y bajar mucho y Murcia que me tocaron días de mucho calor. Hacía etapas de unos 150 kilómetros al día”, relata. En Pirineos tuvo que afrontar desniveles muy elevados, etapas muy duras que le obligaron a rebajar las distancias diarias a entre 80 y 100 kilómetros. Finalmente, ayer entraba en Galicia y atendía al periódico ya desde Ribadeo. “También me está resultando muy duro el sube y baja constante de todo el norte y además la llegada a Galicia es con viento, frío y lluvia”. Ya vislumbra el final.