A Peroxa apuesta por un proyecto novedoso para integrar a los usuarios del centro residencia Aspanas de la localidad en el día a día del pueblo. Que vayan al bar, que realicen actividades con los vecinos, que interactúen. "Si las personas con discapacidad del centro viven en A Peroxa, lo normal es que la gente del pueblo conozca la realidad y hacer las relaciones más naturales"
El objetivo es tratar que estas personas con discapacidad intelectual –el centro se abrió en 2010 y tiene 36 usuarios– puedan no solo interactuar con las personas de su entorno, sino aportar su granito de arena a la sociedad.
El proyecto se llama "Mi comunidad" y se hace siguiendo las directrices que marca la Confederación Plena Inclusión a nivel nacional. En septiembre, se constituyó un grupo de trabajo al que se sumó el Concello de A Peroxa y ya se están sumando vecinos de la localidad y , como algunos establecimientos comerciales, que quieren prestarse a una iniciativa pionera de inclusión que quiere convertir al municipio en referente.
Comunidad inclusiva
"Queremos crear una comunidad inclusiva. Que la persona aporte algo a la comunidad en la que vive y que la comunidad aporte algo también a la persona con discapacidad, que haya un feedback", explica Ana Núñez, directora-coordinadora del centro.
En septiembre se constituyó un grupo de trabajo en el que está el Concello y representantes de la vida del pueblo y establecimientos comerciales. De momento cuenta con 11 integrantes, pero es abierto y puede ir incluyen do nuevos miembros según avancen. "Ahora ya tenemos al Concello, la persona que tiene el bar y diferentes conectores que nos permiten llegar a gente que para nosotros no sería tan viable", añade.
Están en plena recopilación de los datos sociodemográficos y las necesidades de la gente para ver qué tipo de cosas en concreto podemos hacer y en enero quieren empezar a realizar encuestas "para conocer los gustos y preferencias de los usuarios y de los vecinos de A Peroxa". Por ello, empezarán a acudir a diferentes lugares del municipio para elaborar el catálogo de actividades que podrían realizar y también "conocer si los vecinos estarían dispuestos a participar en las mismas". Un ejemplo, si a un vecino de A Peroxa le gusta la pintura, podría ofrecer tres horas a la semana para dar clase a alguno de estos usuarios, y, a su vez, así, conseguir que la persona con discapacidad "empiece a ser más visible y empoderarse, porque el desconocimiento trae en ocasiones ciertos prejuicios", apunta Núñez.
Uno de los objetivos es, por ejemplo, que acudan regularmente a tomar café, "y quizás la persona que vive sola, una vez que conozca a estas personas acabe uniéndose al grupo".
Mucho trabajo por delante
En los casi 11 años que lleva el centro en marcha, se han dado "pequeños pasos", como obras de teatro abiertas al público o la participación en talleres del Concello, y, aunque son "unos más del pueblo y la mirada es otra, queda mucho por avanzar", por lo que quieren crear algo "entre todos y para todos".
