ENTREVISTA

Israel Pita, pionero del tele-aislamiento

Israel Pita, uno de los primeros "grandes hermanos", en la actualidad.
photo_camera Israel Pita, uno de los primeros "grandes hermanos", en la actualidad.
El ourensano Israel Pita fue hace 20 años la primera persona en entrar a la casa de Gran Hermano. Hoy, en primera línea de la lucha contra el COVID-19 como celador en Málaga, anima a "hacer cosas en casa" para llevar mejor el confinamiento.

Israel Pita -Ourense, 1976- era un chaval de 24 años del barrio de San Francisco que estaba haciendo sus prácticas como celador en el CHUO cuando se embarcó, junto a otros nueve valientes, en una aventura desconocida para todos: entrar a la casa de la primera edición de Gran Hermano. "Bienvenidos a la vida en directo. Hay gente que piensa que esto va a marcar un antes y un después en la historia de la televisión". Esta fue la introducción de Mercedes Milá -conductora y eterno referente del "reality show"- en un día como el de este jueves, San Jordi, de hace 20 años. No se equivocaba, puesto que los 10 anónimos difícilmente se borrarán de la memoria de quienes presenciaron, a través los televisores de sus hogares, aquel llamado "experimento sociológico". 

Israel, de carácter alegre y positivo, puso como condición ser el primero en entrar a la casa de Soto del Real, convirtiéndose así en un pionero de lo que hoy es -al menos temporalmente- nuestra manera de vivir: el confinamiento. En la "vida en directo" el aislamiento fue, eso sí, más duro, puesto que, a diferencia de hoy, los móviles, los periódicos o cualquier tipo de contacto con el exterior estaban totalmente prohibidos. 

El ourensano, uno de los grandes favoritos de la edición, terminó siendo el segundo expulsado al salir nominado por no querer participar en un pacto contra su compañera Ania. Tras él salió Silvia, la madre de su primer hijo y otra de las concursantes más queridas del formato. 

"¿Pero de verdad hay algo duro en el confinamiento? Si tenemos Internet, móviles...", dice el ourensano

Su vida ha cambiado en estas dos décadas, pero él asegura que sigue siendo el mismo, que echa "muchísimo de menos Galicia" y que mantiene, en Ourense, a sus amigos de toda la vida. Se ha casado con una enfermera malagueña, ha sido padre por segunda vez y tiene una vida que, afirma, no cambiaría por entrar a otro programa similar. Recuerda cómo empezó todo: "No sabía a lo que estaba llamando, pero llamé. Fue un cásting muy largo, de unos cuatro meses. Nos hicieron seis o siete pruebas y no te contaban nada. Ahora ya todo el mundo sabe a lo que va, pero nosotros no. Una semana antes me llamaron y me dijeron de qué iba todo. Decidí entrar, aunque quise poner como condición ser el primero en hacerlo", explica. "Mi vida no ha cambiado, aunque sí lo han hecho algunos aspectos de ella como donde vivo o por donde han ido las cosas desde aquel entonces. Lo que era Israel sigue siendo", añade. 

El ourensano afirma que la experiencia fue muy positiva y que sus recuerdos más bonitos se quedaron dentro de aquellas paredes. "Vivir allí es una experiencia muy chula, sobre todo, cuando no sabes lo que es y los demás tampoco. La salida fue distinta. Creía que salía a mi vida y esta había cambiado por completo. Tuvimos hasta guardaespaldas, ¡una movida!", Recuerda. 

Cuando a Israel se le pide -por su experiencia en la casa más famosa del país- consejo para llevar mejor estos días de aislamiento responde incrédulo: "¿Pero de verdad ahora hay algo duro? Si tenemos Internet, móviles... ", dice entre risas. "Lo único que cambia es que la circunstancia es muy complicada y dura, nadie contaba con ella, pero lo importante es estar activos en casa, buscar cosas que hacer en el día a día". 

Sobre las duras circunstancias que atraviesa el país sabe también mucho el ourensano, pues está en primera línea como celador en el Hospital de Málaga. Por suerte, tanto él como su familia están bien. "Yo lo estoy llevando bien porque soy una persona bastante positiva. Mientras vea a mi familia y a mis compañeros bien estoy tranquilo, aunque al principio fue un poco fastidiado. Ya cuando supimos a lo que nos enfrentábamos, bien. Ahora aquí por lo menos va la cosa mucho mejor", añade Israel, que lleva 10 años en el Hospital. "He luchado mucho por estar como estoy y me encanta mi vida".

Te puede interesar