El grupo municipal del PP acusa al alcalde, Francisco Rodríguez, de pretender nombrar un jefe de personal títere y sin la titulación adecuada para el cargo.
El edil Javier Rodríguez Nóvoa llega a esa conclusión después de que la junta de gobierno local del 14 de mayo se acordara modificar la plaza de jefe de servicio de personal para convertirla en un cajón de sastre en el que pueda caber cualquier persona.
Rodríguez Nóvoa basa su acusación en el hecho de que no se exija una titulación específica, de lo que deduce que el alcalde quiere las manos libres para nombrar a quien le parezca. En este sentido, considera el edil popular que Rodríguez se ha quitado la piel de cordero y ha enseñado sus verdaderas intenciones al nombrar a la concejala electa (Carmen Rodríguez): tener alguien a quien controlar bajo la amenaza del cese, como a los directores generales, si no lleva a cabo su política de personal.
El perfil
Rodríguez Nóvoa entiende que el perfil del nuevo jefe de personal no puede atribuirse a la nueva concejala ya que al ser una profesional del sector sabe perfectamente cuáles son las necesidades de un puesto de estas características. Una persona con un mínimo de criterio, y a ella se lo vamos a suponer por los puestos que ha desempeñado, jamás se le ocurriría un disparate así. No obstante, afirma que su capacidad de maniobra está más coartada que la de Rodríguez Penín, ya que a ella el alcalde la puede echar cuando quiera, por no ser una concejala electa. Según él, la política torticera de personal sale del despacho del alcalde.
El acuerdo establece la modificación de la ficha de la RPT correspondiente al jefe de servicio de recursos humanos en las que establece que pertenezca al grupo A1 o A2, no se requiere formación específica y podrán optar al puesto personal de otras administraciones. El PP estudia impugnar esta clasificación.
Rodríguez Nóvoa basa su acusación en el hecho de que no se exija una titulación específica, de lo que deduce que el alcalde quiere las manos libres para nombrar a quien le parezca. En este sentido, considera el edil popular que Rodríguez se ha quitado la piel de cordero y ha enseñado sus verdaderas intenciones al nombrar a la concejala electa (Carmen Rodríguez): tener alguien a quien controlar bajo la amenaza del cese, como a los directores generales, si no lleva a cabo su política de personal.
El perfil
Rodríguez Nóvoa entiende que el perfil del nuevo jefe de personal no puede atribuirse a la nueva concejala ya que al ser una profesional del sector sabe perfectamente cuáles son las necesidades de un puesto de estas características. Una persona con un mínimo de criterio, y a ella se lo vamos a suponer por los puestos que ha desempeñado, jamás se le ocurriría un disparate así. No obstante, afirma que su capacidad de maniobra está más coartada que la de Rodríguez Penín, ya que a ella el alcalde la puede echar cuando quiera, por no ser una concejala electa. Según él, la política torticera de personal sale del despacho del alcalde.
El acuerdo establece la modificación de la ficha de la RPT correspondiente al jefe de servicio de recursos humanos en las que establece que pertenezca al grupo A1 o A2, no se requiere formación específica y podrán optar al puesto personal de otras administraciones. El PP estudia impugnar esta clasificación.
