La provincia de Ourense lidera el ahorro por habitante de toda Galicia

El Banco de España acaba de dar a conocer los datos de depósitos bancarios relativos a todo el año 2022 y de nuevo la provincia de Ourense acrecienta su fama de ahorradora. Lo es por sí misma (rompe nuevos registros) y en comparación con el resto de Galicia. La entidad monetaria certifica que a 31 de diciembre las entidades financieras que operan en la provincia acumulaban 9.862 millones de euros, lo que la mantiene en una posición de récord desde que constan mediciones. Si la comparación se hace con el resto de Galicia, Ourense tiene la menor cifra bruta, pero representa la más alta en relación al número de habitantes: 32.410 euros de media por cada ourensano. En Lugo es donde más cerca están del dato de la provincia, con 31.917 euros por habitante ya que guarda en el banco 10.341 millones. Los depósitos en Pontevedra suman ahora 22.906 millones, es decir, 24.257 euros por cada habitante. Por último, en A Coruña las entidades tienen 35.058 millones, que tocan a 31.298 euros por habitante. El volumen de depósitos mantiene un ritmo invariable en los últimos ejercicios, pero es especialmente significativo el crecimiento experimentado desde el año anterior a la pandemia. En el 2019, un ejercicio antes del estallido del covid, el ahorro en cuentas bancarias sumó 8.456 millones de euros en Ourense, es decir, desde entonces la cifra subió 1.406 millones, atribuible a la menor capacidad de gasto por la hibernación de la mayor parte de las actividades económicas. En teoría, en el aumento también tiene que ver una eventual mejoría en los ingresos de los ourensanos, como se pone de manifiesto también en el incremento de la cifra de impuestos que se pagan, que siguen también en números de récord: hasta noviembre, 605 millones recaudados, un 20% más que en el 2021. Si la comparación se hace sobre el 2009, cuando la crisis financiera del 2008 daba síntomas de gravedad, el ahorro ourensano aumentó en 3.023 millones de euros hasta finales del 2022. Las cifras de confianza en el sistema bancario son tanto más llamativas cuanto que se producen en un momento en el que la estrategia financiera desdeñaba primar con intereses el ahorro. Justo lo contrario: los bancos pasaron a cobrar por depósitos y mantenimiento de cuentas. La inflación De todas formas, sí se aprecia un ligero descenso en el incremento de los depósitos en los últimos meses del pasado año como consecuencia de la alta inflación: a precios más caros, menos disponibilidad de efectivo y ahorro. Entre septiembre y diciembre del pasado año la cifra de depósitos creció en tan solo 25 millones de euros cuando el crecimiento intertrimestral de los últimos ejercicios se situaba en torno a los 200 millones. Otro de los datos más llamativos es el número de oficinas pese al aumento de depósitos. En Ourense solo quedan 139, el número más bajo y la cifra menor de Galicia. El crédito es el reverso de la moneda La cifra de crédito es el reverso de la misma moneda, por lo tanto en este caso Ourense cae a la cola de Galicia. Endeudarse no es lo fuerte de la provincia, lo que limita la innovación de las empresas y condiciona el consumo. El Banco de España audita créditos por valor de 3.436 millones de euros a finales del 2022, con cierta recuperación sobre los ejercicios anteriores, incluso superando el año 2019, el anterior a la pandemia. Pero, el dato ourensano es el peor de la comunidad, ya que la media por habitante es de 11.292 euros. Por lo que respecta a la provincia de Lugo, los préstamos suman 3.721 millones, lo que equilvale a una media de 11.484 euros. A gran distancia se sitúan las provincias atlánticas tanto en la cifra bruta como en la ratio por habitante, lo que revela su gran dinamismo empresarial. En Pontevedra los créditos suponen 16.452 millones, con un reparto por habitante de 17.422 euros. Por último, en A Coruña tocan a 21.183 euros ya que el montante global es de 23.728 millones. Al contrario que las cifras de depósitos, que no han parado de crecer, las de crédito han tenido varias oscilaciones, casi siempre relacionadas con momentos puntuales de crisis. Ha sido en la crisis financiera del 2008 cuando se cortó el grifo expansivo: 5.288 millones en el 2009, 3.436 millones en la actualidad.