Reclaman 146.000 euros al Concello de Ourense por la plaga de ratas

La plaga de roedores en el Casco Vello de la ciudad amenaza a las arcas públicas. Una propietaria de un edificio en la céntrica rúa Pizarro, epicentro de la zona de los Vinos, reclama al Concello de Ourense una indemnización de 146.000 euros por la fuga de inquilinos y la depreciación de su inmueble ante la gran cantidad de ratas que desde hace meses acosan al vecindario y complican el día a día: “Trepan por la fachada y se cuelan por las ventanas”. La colonia de ratas procedente del alcantarillado exterior se asienta en torno a los contenedores de la rúa Pizarro, donde se acumula ingente cantidad de basura por falta de limpieza, y en una finca colindante en abandono.

La propietaria de unos de estos edificios remitió este pasado 11 de abril una reclamación al Concello por responsabilidad patrimonial y le exige 23.060 euros por las rentas dejadas de percibir y 123.000 euros por la bajada de valor del inmueble. Para esto último, aporta un informe de un arquitecto en el que cifra en un 30% el descenso del valor de la vivienda, que habría caído desde la irrupción de los roedores de 410.000 a 287.000 euros.

La dueña del inmueble había remitido ya un escrito al Concello en septiembre de 2022 en el que advertía de la existencia de una “plaga de roedores” que entraba en el edificio y el local situado en la planta baja. La propietaria confiesa que hasta ese verano nunca se había detectado ese problema, y que la empresa de desratización confirmó que el problema no procedía del edificio, sino del alcantarillado exterior: “Hacen agujeros en las entradas del desagüe y entran al portal y las escaleras”. La dueña no recibió respuesta al primer escrito en el que advertía de la “inhabitabilidad” que les obligaría a abandonar el inmueble. Por su parte, fuentes del Concello aclaran que “se ha usado veneno, pero ya no hace efecto” a los roedores.

Un inquilino se ha ido: “Trepan por la fachada e impiden abrir la ventana”

La situación ha llegado al límite. En uno de los pisos alquilados, los inquilinos pusieron fin al arrendamiento y abandonaron la vivienda hace dos semanas. “La situación es tan grave que las ratas trepan por la fachada posterior impidiendo a los inquilinos abrir las ventanas”, señala la propietaria, que aporta fotografías en las que denuncia la “falta de limpieza de la vía pública, con contenedores sin recoger en varios días, y el abandono de la finca colindante”, algo que acreditan también en uno de los pubs: “Llegas a primera hora de la noche y aún está toda la basura de la noche anterior”.

La arrendadora reclama 146.000 euros, ya que el Concello es “la administración responsable subsidiaria” de que se esté incumpliendo la ordenanza de limpieza. Por un lado, pide 20.900 euros por la renta que ha dejado de percibir hasta noviembre de 2027 (fecha de vencimiento del contrato) de los vecinos que se acaban de marchar, y otros 2.160 euros por los otros tres pisos, a los que se les ha suspendido temporalmente el contrato. A esto se une la depreciación del inmueble (123.000 euros).