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Tormenta explosiva en Ourense |Los servicios de emergencia de la ciudad, colapsados tras la tormenta

La Policía Local y los Bomberos continuaron atendiendo incidencias con más de 60 intervenciones durante la mañana

La ciudad vivió ayer la peor de las resacas tras la tormenta explosiva que el domingo la puso patas arriba. Las labores de los equipos de emergencias y la Policía Local continuaron sin pausa 24 horas después de su inicio porque la infinidad de farolas, semáforos, árboles, tejados o balcones que quedaron dañados o salieron volando provocaron un auténtico colapso en las calles. Por la mañana los restos de la tromba eran todavía visibles: contenedores volcados, farolas en el suelo, árboles cortados y una manta de foresta invadían numerosas vías ourensanas. 

La Policía Local atendió más de cien llamadas desde que comenzó el temporal, sobre todo por caídas y desprendimientos, y actuó hasta en 60 puntos de la ciudad. Los bomberos intervinieron en 35 incidencias y doce voluntarios de Protección Civil ayudaron durante toda la noche en 12 zonas de la urbe.

La consecuencia más grave fueron dos accidentes de tráfico en los que los ocupantes de  los vehículos resultaron heridos. En el primero en la glorieta de Ervedelo, en la N-525, se produjo el vuelco de un vehículo con el piloto y copiloto dentro. El segundo ocurrió en la N-120. Un árbol cayó sobre la carretera coincidiendo con el paso de un vehículo. Las dos personas que iban dentro quedaron atrapadas y tuvieron que ser excarceladas. 

En cuanto a los daños materiales, el viento -que sopló a 76 kilómetros por hora- arrancó parte del tejado del pabellón de Os Remedios y del colegio Salesianos. La ráfaga también provocó que una galería en la calle Cenlle saliese volando. Al caer, se arrastró varios metros y arrasó con vehículos y edificios que encontró a su paso. 

En la calle Castelao y en la avenida de Buenos Aires también salieron despedidos dos tejados que se estamparon sobre coches aparcados. En esta misma avenida los agentes también tuvieron que proceder a la retirada de varios árboles, una estampa que se repitió en la plaza Pedro Monteagudo, en la plaza 500, en Emilia Pardo Bazán y en otros 15 puntos de la ciudad. El panorama fue especialmente desolador en el Parque Miño, donde la tormenta se inició de forma virulenta  y se perdió gran parte de la arbolada.

Otro de los problemas que alarmó a los ourensanos fue la lluvia de tejas que se precipitaron sobre Otero Pedrayo, Cardenal Quevedo, en los Remedios -en este caso cayeron sobre coches aparcados-,  también sobre la calle Velázquez o en Orcellón. Además, en otras zonas como Vicente Risco, Francisco Llorens, Ervedelo o la avenida de Portugal los daños fueron más cuantiosos y se llegó a desprender el tejado entero. 

Los bomberos, sin pausa

Además de la incesante actividad de la Policía Local, los nueve bomberos que estaban trabajando la noche del domingo atendieron más de 35 incidencias en plena noche. José Benito,  jefe del parque de Ourense, explica que la mayoría fueron “cubiertas tanto de chapa como de teja, canalones, retirada de muchos árboles y temas de inundaciones”. Los 32 litros por metro cuadrado, que en algunas zonas el alcantarillado no pudo soportar, necesitaron la asistencia de los bomberos para su saneamiento urgente. “Las calles más bajas se llevaron la peor parte porque lo que no se absorbe por los sumideros baja por las calles e inunda estas zonas más bajas”, indica Benito.   “El problema fue que todas las urgencias sucedieron al mismo tiempo y no pudieron parar hasta las 6 de la mañana”, señala.  Otro cometido común fue la retirada de árboles: “Hubo que priorizar según su ubicación, los de las zonas peatonales o los que no irrumpían la circulación tuvieron que esperar”, relata el jefe del parque de bomberos.

La ayuda de Protección Civil

Doce voluntarios de Protección Civil pasaron también la noche en vela para apoyar a la Policía Local y a los Bomberos. Actuaron en doce zonas diferentes, especialmente limpiando arquetas y dirigiendo el tráfico. En los muelles de Renfe y en el puente Novísimo tuvieron que ayudar a desembalsamar dos piscinas de agua que se habían formado, además de la retirada de árboles y escombros.

22 cruces quedaron temporalmente sin semáforos por las lluvia y el viento

Hasta 22 intersecciones semafóricas fueron dañadas o se quedaron sin electricidad durante la tormenta. Muchas no fueron reestablecidas hasta la mañana de ayer, aunque la circulación ya pudo ser definitivamente reestablecida. Las averías se produjeron o bien porque saltó el diferencial durante la tormenta eléctrica, o bien por árboles que cayeron sobre los semáforos. La avenida de Zamora fue la principal zona afectada, también Pena Trevinca o Marcelo Macías, con tres semáforos estropeados en cada una de ellas.

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