Ribeira Sacra, una candidatura sustentada en la comunidad local

La segunda jornada del encuentro internacional “Fontes”, celebrado en el monasterio de Santo Estevo, y que servirá de base para la candidatura de la Ribeira Sacra a la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, giró en torno a las estrategias turísticas y su implementación en un territorio que aspira formar parte de este Patrimonio Mundial, cosa que la Ribeira Sacra intentará en 2026 como única candidatura española.

La última ponencia del congreso estuvo conducida por Paz Rodríguez Rivera, directora xeral de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader) y Xosé Merelles, director de Turismo de Galicia, quienes aportaron la perspectiva administrativa para la futura candidatura a Patrimonio Mundial.

Rodríguez Rivera expresaba en primer lugar su “satisfacción por participar en este congreso, pues nos da la oportunidad de hablar de un territorio que no es solo excelencia paisajística, sino que existen argumentos sólidos para defender su presencia en la lista de Patrimonio Mundial”. Un trabajo en el que Agader aportaba “proyectos para preservar la integridad de la Ribeira Sacra a través de la gestión de recursos y coordinación de programas de apoyo a las comunidades locales”, aseguraba Paz Rodríguez, quien ponía como ejemplos medidas como los polígonos forestales “que permiten la conservación de cultivos e instrumentos tradicionales” además de “revitalizar zonas abandonadas a través de la actividad agroganadera”. Otro de los ejemplos en los que incidía la directora xeral de Agader eran las aldeas modelo -se han puesto en marcha cuatro en la Ribeira Sacra-, que funcionan como “intervención contra la despoblación y protección contra los incendios. Si están bien situadas, además atraen población”, garantizaba Rodríguez Rivera.

“Para que la Ribeira Sacra esté en el Patrimonio Mundial se necesita la participación de la comunidad local a través de procesos colaborativos”, continuaba la representante de Agader, afirmando que “si no conservamos esa interconexión entre el ser humano y el medio natural, no lograremos el objetivo final”; adelantando a modo de conclusión que a finales de 2024 la Xunta de Galicia publicará nuevas líneas de ayudas a la actividad vitivinícola “para que se mantenga de forma equitativa”, aseguraba Rodríguez, quien calificaba la viticultura heroica como “un legado que nos une hoy, y un tesoro que legaremos a futuras generaciones” durante la conclusión de su intervención.

Modelo Turístico

Por su parte, Xosé Merelles, director de la Axencia de Turismo de Galici,a retornaba al turismo como motor económico, y explicaba que la Ribeira Sacra “tiene naturaleza, patrimonio y gastronomía, los tres ejes en torno a los que se mueve la apuesta turística de la Xunta”. Merelles se remontó a finales del siglo pasado para situar el punto de partida del territorio, cuando “la Ribeira Sacra estaba aislada, y tenía un patrimonio muy potente, pero estaba muy abandonado”, repasando la paulatina transformación del espacio después de la primera señalización en 1995, la rehabilitación del monasterio de Santo Estevo y su conversión en hotel, así como la puesta en marcha de las rutas de senderismo. También aseguró que “cuando comenzamos a desarrollar el turismo rural, la Ribeira Sacra resultó ser uno de los territorios que más avanzó para lograr una oferta de alojamiento suficiente”.

El director de la Axencia de Turismo de Galicia calculaba que “hemos realizado más de 150 acciones de promoción, entre las que figuran viajes de familiarización con prensa internacional y turoperadores”, buscando siempre un perfil de visitante “respetuoso con el territorio, que es lo que buscamos para este destino”. Merelles avanzaba también que “los fondos Next Generation nos van a permitir que la Ribeira Sacra se apoye en la sostenibilidad, la convivencia y la equidad para sus zonas menos turísticas. Buscamos 130 millones en Europa a través de varios planes para desarrollar el termalismo y la movilidad sostenible”, recordando los planes adelantados por la gerente del consorcio, Alexandra Seara, de incorporar una flota de transportes 100% eléctricos. “Al término, tendremos un destino más preparado, donde no existan masificación ni problemas relacionados con el turismo de multitudes”, prometía Merelles; quien definía la Ribeira Sacra como “un ejemplo muy especial del turismo que estamos buscando, y un caballo ganador en cuanto al turismo sostenible”.

La Ribeira Sacra afronta el bienio 2024-2026 buscando que la movilidad sea 100% eléctrica

La gerente del consorcio de la Ribeira Sacra, Alexandra Seara, repasó la trayectoria del territorio, que abarca la zona sur de la provincia de Lugo y el noreste ourensano; y donde “a partir de los recursos -basados inicialmente en las riberas, el románico, el agua y la viticultura heroica- se ha creado un tejido empresarial que se dirige ahora al turismo de pequeños grupos, y que supera el millar de empresas”, tal y como indicaba Seara. La gerente considera que estas características han conducido al territorio a ser “uno de los mayores geodestinos de Galicia”, atribuyendo ese mérito al hecho de que “desde su creación, el consorcio ha tomado todos los acuerdos por unanimidad”. Según Seara, “eso se ha traducido en apoyo y financiación, además de protección y una marca que genera orgullo de pertenencia a este territorio”.

Durante el bienio 2024-2026 la Ribeira Sacra aspira a implantar “un plan de sostenibilidad turística basado en la transición verde y la movilidad sostenible, incorporando lanzaderas y microbuses 100% eléctricos; así como embarcaciones también eléctricas capaces de sostener la demanda de rutas fluviales”.

Cuidar al anfitrión

Otro de los pilares que sustentó esta última sesión fueron las líneas maestras que propone el Comité Internacional de Turismo Cultural (Icomos, por sus siglas en inglés), expuestas en Santo Estevo por Celia Martínez Yáñez, profesora de la Universidad de Granada y vicepresidenta de este comité en España. Según Martínez, “los convenios internacionales dan gran importancia a la educación y la información, además de obligar a los estados firmantes a trabajar en la presentación y divulgación de los paisajes culturales”.

La profesora hizo mucho hincapié en la importancia de la participación de la comunidad local en los entornos que desean formar parte del Patrimonio Mundial, pues entidades como el Icomos “inciden en que se deben ofrecer oportunidades a las comunidades anfitrionas para presentar su patrimonio cultural de primera mano”, señalaba la profesora.