Reportaje

Dos ritmos en la Raia: el norte luso acelera, pero sigue lejos de Ourense

Entrada a Portugal por A Madalena (Lobios).
photo_camera Entrada a Portugal por A Madalena (Lobios).
Ambos territorios pierden habitantes pero ganan turistas, mientras urgen conexiones rápidas por carretera que los conecten 

La provincia de Ourense y las regiones limítrofes de Portugal estrechan fuerzas con más ahínco a medida que pasan los años. Ambos territorios van de la mano en despoblación y en auge turístico, pero los vecinos portugueses están recortando poco a poco las diferencias, con un ritmo mucho más acelerado en términos económicos, pese a que siguen lejos. Las dinámicas analizadas auguran, más pronto que tarde, una convergencia económica. Son capaces de atraer cada vez a más empresas y de superar en número de visitantes a Ourense, pero todavía están lejos en términos de salud, con menos esperanza de vida y con un acceso a la sanidad más restringido, en el que sigue vigente en cierta parte el copago impuesto por la Troika en 2012. 

Una comparativa de los principales indicadores entre la provincia de Ourense, con datos del Instituto Galego de Estatística, y las subregiones de Alto Minho (Melgaço, Arcos de Valdevez, Monçao o Viana do Castelo), Alto Támega (Chaves, Montalegre, Valpaços) y Trás-os-Montes (Vinhais o Bragança), con datos del Instituto Nacional de Estatística luso siguen mostrando todavía dos mundos distantes. 

CLAVE: MEJORES CONEXIONES

Ourense es la provincia de España con más kilómetros de frontera con otro país (219), según el Instituto Geográfico Nacional, pero también el que peores conexiones tiene con ellos. En toda la provincia, solo hay un paso rápido con el otro lado de la frontera, a la altura de Verín, uniéndola con Chaves por la A-75. Actualmente, un movimiento social y político reclama al menos otro paso rápido por A Madalena (Lobios), comunicando con la región del Alto Támega y el Alto Minho, a través de la prolongación de la AG-31, que comunica Ourense con Celanova actualmente, hasta la frontera. El Gobierno y la Xunta discuten sobre quién ha de pagarla (la actual AG-31 es de competencia autonómica) al ser una carretera transfronteriza, mientras al otro lado luchan por ampliar la IC-28 hasta el límite con Ourense. La creación de esta carretera vertebraría de un plumazo todo el sur ourensano y el Alto Támega luso, unas de las zonas más deprimidas tanto de Galicia como de Portugal. 

MENOS GENTE, MÁS VISITAS

Ambos territorios a un lado y otro de la frontera comparten problemas de infraestructuras de conexión y transporte, pero también otros asuntos que están encima de la mesa de las administraciones públicas. Es el caso del reto demográfico, donde la Raia tiene un problema común, con una pérdida poblacional acelerada. En el lado portugués, han perdido en 10 años casi 35.000 residentes, y en el caso ourensano, 28.000, aunque en términos porcentuales es peor el declive demográfico ourensano. Comparten también visiones comunes en turismo y termalismo, en la que el norte portugués está tomando la delantera, dentro de una coyuntura de crecimiento en ambas zonas. En Ourense, las pernoctaciones marcaron un récord en 2019 (último año precovid), pero los vecinos portugueses consiguieron doblar sus cifras y ya están por delante.

SALUD Y DINERO

En términos de salud, Ourense sigue tomando la delantera. Hay 5,28 médicos por habitante frente a los 3,7 de sus vecinos lusos y la esperanza de vida, que supera de media los 84 años en tierras ourensanas, se estanca en 80,4 en la Raia portuguesa. También gana Ourense con creces en salario medio (casi 300 euros más) y pensión media (más del doble, 803 frente a menos de 400). Sin embargo, al otro lado de la frontera, la tasa de desempleo es mucho menor, la creación de empresas cuadriplica la de este lado (con una población apenas un 25% menor en Ourense). Y es que en el lado luso, hay más del doble de compañías (64.000 frente a 27.100). La dinámica es similar en las exportaciones, donde ambos van al alza. Ourense han pasado de 643 millones a 1.016 millones de euros, mientras que al otro lado en ese lapso de tiempo los lusos han crecido de 1.700 a 2.700 millones.

Economía y despoblación: El PIB per cápita reduce su brecha en la última década

Panorama de Chaves (Verín), ciudad fronteriza (ÓSCAR PINAL).
Panorama de Chaves (Verín), ciudad fronteriza (ÓSCAR PINAL).

La despoblación sigue uniendo a los territorios a ambos lados de la Raia. La provincia de Ourense, así como Trás-os Montes, Alto Támega y Alto Minho, son incapaces de frenar su declive demográfico mientras claman por inversiones, como infraestructuras que les permitan conectarse entre ellos sin necesidad de transitar por caminos de cabras. Así, Ourense perdió en la última década 28.000 habitantes, mientras las regiones lusas fronterizas con la provincia perdieron casi 34.000. 

A nivel empresarial, los vecinos portugueses tienen una demografía empresarial muy por encima de la ourensana, con casi 64.086 empresas activas frente a las 27.120 de Ourense, muy por encima de la proporción poblacional de ambos territorios. Sin embargo, las ourensanas son más competitivas y Ourense una provincia todavía mucho más productiva. El PIB (Producto Interiro Bruto) por habitante sigue 5.000 euros por encima en Ourense respecto a los vecinos, aunque hace 10 años la brecha era de 7.500. 

Turismo | Sorpasso luso pese al auge ourensano

La competencia estaba siendo dura estos últimos años en el turismo. Todas estas regiones comparten su clasificación como áreas turísticas de interior, mantienen una estrecha relación con planes conjuntos y en la última década han experimentado un auge espectacular. Sin embargo, el de Ourense es menos pronunciado que el del lado luso. Ourense pasó desde 2011 a 2019 de 583.365 a 739.602 visitas. La subida es importante, pero la nota negativa es que del lado portugués dan el sorpasso, al pasar en ese periodo de 557.698 a 1.301.871 turistas, lo que abre una importante distancia. 

En los últimos meses, estas regiones están haciendo fuerza porque temen que el efecto AVE en Ourense les deje a ellos descolgados, por eso reclaman una vía de alta capacidad para conectarles a Ourense y aprovecharse de los beneficios del tren rápido. De ahí, el fuerte impulso en estos tiempos a ambos lados de la frontera para llevar a cabo esta iniciativa.

Condiciones de vida | Lusos: más pobres y con menor longevidad

 

Si en algo están todavía lejos de converger los dos lados de la Raia es en nivel y condiciones de vida. El salario medio portugués está todavía más de 300 euros por debajo del de los ourensanos, y la pensión media de los raiotos portugueses es menos de la mitad de la que cobran sus vecinos del otro lado. En condiciones de salud, también salen ganando los ourensanos. La esperanza de vida es cuatro años superior (84,1 frente a 80,4). También destacan las infraestructuras sanitarias, mucho mejores en el lado ourensano, donde hay 5,28 médicos por paciente frente a 3,7 de la parte lusa. A mayores, se suma el copago sanitario, ya que en Portugal se paga (en torno a 5 euros) por consultas en ambulatorios, pruebas o urgencias, si bien el 60% de la población está exenta. Han convergido ambos territorios en alcanzar bajas tasas de abandono escolar, ya que Ourense solo el 12% no llega a la etapa más alta de los estudios, una cifra que en la parte portuguesa es incluso menor, del 9,5%.

Dinero | Vivienda nueva: cuatro veces más en Portugal

Las diferencias entre ambos lados de la frontera son cada vez mayores en algunos sectores, como el de la construcción. Portugal vive ahora el bum que Ourense, como el resto de España, vivió a principios de siglo, y está en plena expansión de la vivienda nueva, como constatan los datos analizados y que facilita el Instituto Nacional de Estatística luso. 

Las cifras de licencias de construcción de vivienda nueva y rehabilitación dan buena cuenta de que los ritmos son muy diferentes a los dos lados de la Raia. En Ourense, se dieron 487 licencias de este tipo en 2019, frente a las 1.688 de las regiones lusas analizadas, casi cuatro veces más. Otro de los datos que ponen de manifiesto estos dos ritmos de la construcción son los relativos a edificios que se terminaron en 2019. En las regiones fronterizas portuguesas se remataron ese año 1.658 construcciones, frente a las 379 de Ourense. Son cuatro veces y media más.

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