La sanidad pública en Ourense tiene un déficit de 70 enfermeras y 142 médicos

OURENSE (COMPLEXO HOSPITALARIO DE OURENSE). 20/08/2020. OURENSE. Fachada exterior del Hospital de Ourense. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera OURENSE (COMPLEXO HOSPITALARIO DE OURENSE). 20/08/2020. OURENSE. Fachada exterior del Hospital de Ourense. FOTO: ÓSCAR PINAL
“La situación de la sanidad pública en Ourense es compleja, el déficit de especialistas acentúa la carga asistencial”, afirma el gerente del área sanitaria, Félix Rubial

La sanidad pública de Ourense tiene tantos huecos sin cubrir que empieza a parecerse a un queso gruyer. El déficit de sanitarios es de, al menos, 70 enfermeras y 142 médicos, según fuentes del Sindicato de Enfermería Satse y el Colegio de Médicos de Ourense, que tachan la sobrecarga de trabajo de “insostenible”. “No funciona la Atención Primaria, se colapsa Urgencias, aumentan los ingresos hospitalarios y crece la lista de espera quirúrgica. La sanidad pública es un engranaje y si una pieza no está bien engrasada, falla todo el sistema”, explica la presidenta de los médicos ourensanos, Pilar Garzón.

“Hay plantillas que están en mínimos. En Urgencias pediátricas no puede estar solo una enfermera porque tiene dos manos y una cabeza; no puede atender a dos pacientes a la vez”, denuncia la secretaria provincial del sindicato Satse, Asunción Maus, que cifra en 70 enfermeras el déficit en el área sanitaria y en 700, a nivel global, en residencias y centros sociosanitarios. 

También faltan facultativos en las Urgencias hospitalarias. “Entre bajas y jubilaciones, faltan siete compañeros. Y en Atención Primaria, se jubilan 135 médicos antes de cinco años que no tienen reemplazo”, advierte Garzón.

El gerente del área sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras, Félix Rubial, niega que haya carencia de enfermeras, pero reconoce que hay especialidades deficitarias, como Dermatología, Pediatría, Radiología y Medicina Familia. “Estamos en una situación compleja; no es óptima. Debido al déficit de especialistas, tenemos una enorme carga asistencial, además de una población envejecida y polimedicada, que precisa más atención”, lamenta. Rubial, que cifra en 1.200 médicos y en 1.700 las enfermeras que trabajan para el Sergas en la provincia, indica que “las ratios por habitante están por encima de la media, pero es cierto que, debido a la dispersión de la población, hay médicos en el rural con cupos de 300 pacientes y otros, en zonas urbanas, con más de 1.400”.

“Atención Primaria y Urgencias están saturadas. El personal médico y de enfermería está haciendo un número de horas insoportable. En la planta octava del Materno, por la noche, se queda una sola auxiliar para 28 pacientes”, critica la secretaria comarcal de Sanidad de CCOO en Ourense, Eva Rodríguez. Según este sindicato, están tan desesperados ante la falta de personal, que están contratando a facultativos extracomunitarios sin el MIR español.

En breve, como Pontevedra

“Llevamos desde antes de la pandemia haciendo prolongaciones de jornada y cubriendo sustituciones. Nos preocupa mucho que no haya sustitutos; en breve nos acercaremos a la grave situación de Pontevedra. No puede ser que un médico pase de atender 30 pacientes a 70 u 80”, opina Garzón, que cree que las lista de espera en Atención Primaria no deberían existir.

Rubial reconoce que, gracias a esas llamadas intersustituciones y prolongaciones de jornada, puede mantenerse el sistema. “Son voluntarias y retribuidas, pero afortunadamente el compromiso de los profesionales es muy alto y no tenemos problemas”, dice.  Sin embargo, para la presidenta de los médicos este sistema es insostenible. “Este estado de sobrecarga continua de trabajo es imposible de mantener. No ofrece garantías porque tienes que estar tomando decisiones que repercuten en la vida del paciente”, señala.

El "robo" de facultativos

 El número de médicos residentes, en formación, en el área sanitaria es de 160, de los que el 20% son extracomunitarios, y la mayoría, latinoamericanos, según datos facilitados por la Gerencia. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que estos facultativos se queden en Ourense al terminar el MIR.  “Hay un sistema de cupos para profesionales de otros países, pero no tienen ningún compromiso de quedarse aquí”, explica Rubial.  

Aunque aumentar el número de plazas MIR es bienvenida, es una medida a largo plazo, ya que la formación dura cuatro años, y no parece una solución definitiva. De hecho, Garzón tacha de “mezquina” la política de “robo” de facultativos que ponen en práctica algunas comunidades. “Les suben un poco el sueldo y les pagan un máster para que se vayan”, dice.

Este déficit de personal es más grave en los hospitales comarcales de Verín y O Barco. Su localización, gran carga asistencial y peores condiciones laborales hacen que muchos sanitarios renuncien a estas vacantes. Rubial espera que, antes de fin de año, se cubran las 14 vacantes en Valdeorras y 12 en Verín, correspondientes a la Oferta Pública de Emprego (OPE) que se convocó por concurso, sin oposición, para asegurar esta difícil cobertura.

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