El delegado del Gobierno en Galicia añadió que Antonio Álvarez Valencia ayude en esta labor y que empiece a realizar sus funciones como jefe de Comisaría "de forma inmediata".
El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, ha manifestado hoy que continúan todas "las investigaciones abiertas" para esclarecer los tres casos abiertos en la Comisaría de Ourense, la desaparición de las armas de la jefatura provincial, la Operación Zamburiña y el posterior suicidio de un policía, y cuyas operaciones espera que se agilicen con la llegada del nuevo comisario.
Al finalizar un acto en la Subdelegación del Gobierno en Ourense, ha manifestado hoy que las tres operaciones continúan "abiertas" por parte del equipo de la Comisaría y del Cuerpo de la Policía Nacional, en colaboración con otras fuerzas de seguridad.
Con la investigación bajo secreto sumarial, se ha limitado a decir que confía en que "se esclarezcan" los tres casos al asegurar que "van encaminados".
Espera que la llegada del nuevo comisario, Antonio Álvarez Valencia, natural de Muíños (Ourense), ayude en esta labor y que empiece a realizar sus funciones como jefe de Comisaría "de forma inmediata".
Entre sus cualidades, ha destacado que es "conocedor de la provincia de Ourense y de la situación de Galicia" y que llega avalado por una "amplia trayectoria profesional"
Álvarez Valencia, natural de Muíños (Ourense) es, hasta el momento, Jefe Provincial de Operaciones en Tarragona y llega avalado por el jefe superior de Policía de Galicia.
En este sentido, el delegado de Gobierno confía en que este nombramiento permita "devolver a la normalidad a la comisaría" y ayude a aclarar los casos pendientes.
En este momento, tres juzgados distintos investigan las causas abiertas en la Comisaría de Ourense desde 2014. El primer suceso que está pendiente de esclarecerse tiene que ver con el robo de seis armas del búnker ubicado en dependencias policiales.
Meses después de este hecho, saltaba un segundo caso que supuso la investigación de Internos en la propia comisaría a raíz de recibir un anónimo que relacionaba el robo de las armas con la operación por drogas.
Esas pesquisas culminaron en noviembre del pasado año con la llamada operación Zamburiña que se resolvió con la detención de dos policías y el resto de la unidad investigada.
El juez de Instrucción 1, Leonardo Álvarez, les imputó delitos relacionados con la revelación de secretos u omisión de perseguir delitos, derivado de su trato con confidentes, vinculados con el tráfico de drogas.
Posteriormente, un agente policial aparecía muerto en la comisaría de Ourense con tres de las armas robadas.
