El sector del turismo ourensano se suma al debate sobre la tasa turística

El turismo en Ourense cotiza al alza. El pasado mes de junio se superó la barrera de las 150.000 pernoctaciones en los hoteles de la provincia, confirmando el retorno de una tendencia al alza que se vivía antes del covid. Impulsado por la llegada de infraestructuras como el AVE, el sector pronostica un paulatino incremento de visitantes atraídos por el patrimonio cultural, natural e inmaterial de Ourense. Y al mismo tiempo, ese crecimiento trae inevitablemente una preocupación por la posible saturación de espacios no pensados para recibir a un alto número de visitantes. En ese contexto, y viendo que otras ciudades empiezan a preparar regulación al respecto, surge la posibilidad de introducir una cuota para mantener los espacios y garantizar una planificación sostenible, la conocida como“tasa turística”.

No será una medida que se tome a corto plazo, pues los principales puntos turísticos se encuentran aún lejos de lo que se podría considerar como “punto de saturación”, que sí se vive en otros lugares. “Tenemos una buena oferta de bienestar y salud”, explica el profesor José Antonio Fraiz, director del máster en Planificación Turística que imparte en Ourense la Universidade de Vigo. “La provincia cuenta con varios atractivos que busca la gente, como las experiencias vinculadas a la naturaleza o la gastronomía. Si los datos siguen así, este año tendremos un nuevo récord de turistas, pero Ourense no está masificado”, concluye el profesor.

En la misma línea se mueve el Consorcio de Turismo de la Ribeira Sacra, lugar que se ha convertido en el segundo destino más desestacionalizado (recibe turistas todo el año) de Galicia tras Santiago de Compostela. Su gerente, Alexandra Seara, comentaba que “hemos potenciado bastante la reserva previa para controlar los volúmenes y prevenir la saturación”. La recomendación del Consorcio es que en julio y agosto, el visitante evite desplazarse por la Ribeira Sacra sin esa reserva previa. Sus cálculos estiman una ocupación del 85%, con margen de mejora. “Hemos tratado el asunto de la tasa turística de manera informal”, reconoce Seara. “Tenemos planes de movilidad y estudios de capacidad que indican más tensión en los embarcaderos de los catamaranes y los monasterios, donde apostamos por aparcamientos disuasorios y un sistema de lanzaderas”, añade. La introducción de una tasa que contribuya a sufragar esos planes “es algo que no podemos obviar”, reconoce Seara, “siempre que sea algo moderado y lógico. La tasa tiene un impacto económico positivo, pero también negativo. No debemos descartarla de manera radical, pero siempre teniendo en cuenta que en la Ribeira Sacra no hay masificación”, concluye Seara, quien apuesta por mantener estudios sobre los sectores más visitados del entorno natural para tener preparados planes de actuación.

Doblar población

En el año 2019, el Entroido de Xinzo recibió la categoría de Fiesta de Interés Turístico Internacional, siendo la primera festividad gallega que lograba ese distintivo. Junto a Verín y Laza, lleva los últimos años promocionando la singularidad del Triángulo Máxico como atractivo turístico, y eso se deja notar en su número de visitantes. Desde la comisión del Entroido de la villa antelana, Adriana Jíménez comenta que “no tenemos un cálculo exacto, pero sí hay momentos en los que doblamos la población de Xinzo; los días previos (el Entroido en Xinzo dura un mes) reciben cada vez más visitas, y si antes venían 20 autobuses (en torno a 1.080 personas), ahora llegamos a los 70 (3.780 personas)”. Este cambio obliga a tomar ciertas medidas, según Adriana Jiménez. “Hay cosas que antes no hacíamos, como los planes de autoprotección y seguridad”, comenta Jiménez. “Una tasa turística no es algo que tengamos sobre la mesa, porque nuestra capacidad hotelera es pequeña y mucha gente duerme fuera de Xinzo”, explica Adriana, “pero sería beneficiosa porque ayudaría a dejar las cosas como estaban tras la fiesta, pagando la limpieza y otras cosas”.

Allariz, a favor de introducir la tasa

La villa de Allariz es una de las más visitadas en la provincia de Ourense. Su alcaldesa, Cristina Cid, explicaba que “os concellos que somos turísticos asumimos un gasto maior co que asume o concello que ten a taxa turística. Tanto na recollida de lixo, coma no tratamento de auga, coma moitos dos servizos que prestamos, temos un gasto maior”. Para la regidora, la introducción de la tasa “é unha forma tamén de financiar ese gasto do que supón esa actividade e esos luxos turísticos”, dado que “os concellos que somos turísticos e temos menos de 20.000 habitantes, nin sequera temos unha participación dos tributos do Estado para acometelos”, en palabras de la alcaldesa.

Para Cristina Cid, implantar en Allariz una cuota a los visitantes “permitiría poder contribuír a soportar ese peso turístico. É verdade que de non facelo así, como está sucedendo agora mesmo, ponse con cargo a fondos propios que deberán estar destinados tamén a outras cousas, pois tense que acometer iste gasto. Polo tanto, parece razonable que se contribúa cunha taxa turística”, algo que no pueden hacer en este momento en la villa del Arnoia.

El fin de los espacios termales gratuitos para mejorar su mantenimiento

Una de las medidas que se pusieron sobre la mesa para mejorar las instalaciones termales de la ciudad fue la introducción de un cobro de uno o dos euros por el uso de espacios que hasta ahora son gratuitos, algo que solo llegó a funcionar en la piscina termal de As Burgas. Jose Antonio Fraiz, director del máster en Planificación de Turismo, opinaba al respecto que “habría que buscar una manera de generar recursos para su mantenimiento, pero no sé si una tasa sería lo ideal”.