Sol, festivos y AVE incitan la llegada del turista nacional a Ourense

La ciudad de Ourense atrae visitantes de otros puntos del país, como destino y como escala intermedia

Era fácil encontrarse turistas en el centro de la ciudad durante la jornada de ayer. Hasta 15 comunidades autónomas -incluida Galicia- marcaron el Jueves Santo como festivo, y la buena meteorología acabó desplazando a las nubes y la lluvia en la previsión meteorológica. La combinación no pudo ser más propicia para la ciudad, que se beneficia también del tirón del AVE. Aunque, eso sí, sea el único AVE de España que llega a un apeadero.

Ourense rentabiliza ser -de momento- la única urbe gallega a la que llega el AVE. De la estación intermodal salían importantes contigentes de pasajeros cada vez que llegaba un convoy. Sus motivos y destinos eran de lo más diversos. Sin embargo, tenían en común que en su gran mayoría eran turistas nacionales.

La ciudad se beneficia no solo como destino, sino como escala intermedia. María José viajaba desde Murcia con destino Asturias. Eso no le impide visitar la ciudad, algo que planea para su regreso: “Queremos dar un paseo, comer por aquí… Era una de las provincias que nos faltaban por descubrir”.

A otros les sedujo la comodidad de plantarse en Galicia en poco más de un par de horas. Eduardo, procedente de Madrid, comentaba que venía “a la aventura”. “Tenemos una excursión turística, turismo de gastronomía…”, barajaba, pero sin ningún plan concreto. La razón para escoger Ourense está a sus espaldas, sobre las vías: “Sobre todo, porque llega el AVE, por la comodidad”.

No todos venían a hacer turismo, como Cristina, de Madrid, que se dirigía a un encuentro de flamenco y energía femenina en Tamallancos. Lamentaba tener poco tiempo para el turismo, “pero estuve hace dos años en verano y es precioso”.

Visitantes en el centro

En los sitios clave del corazón urbano, como por ejemplo en Bispo Cesáreo, varios guías turísticos narraban a los visitantes los pormenores de la historia de la ciudad. El sol ya castigaba la Praza do Ferro cuando uno de ellos enumeraba a su grupo los establecimientos de hostelería de Vinos. En la Praza Maior, los posados y los “selfies” no escaseaban. Mientras tanto, las terrazas hacían negocio con la sed de locales y forasteros.

Y si en la calle se sentía un agradable calor, el agua de las Burgas abrasaba a los curiosos. “Está muy caliente, ella no se ha atrevido a tocarla”, bromeaba Salvador mientras mira a Marta. Los dos pasean entre los setos junto a la histórica fuente. “Vinimos porque queríamos visitar la Ribeira Sacra… y aprovechamos”, añadía. El nombre de Ourense les llegó por el boca a boca, “por su hermano”, decía Marta. Y Salvador entraba en detalle: “Por familiares que habían venido y que nos dijeron que habían estado a gusto”.

El comercio se prestó a permanecer con la persiana subida, animado por la presencia de foráneos y esperando que el festivo incentivase las compras de los ourensanos. Las tiendas del Centro Comercial Ponte Vella abrieron sus puertas. Algunos comercios de calles céntricas como Paseo o Concordia también recibían clientes.

En el principal mercado de la ciudad, la Plaza de Abastos, optaron por sumarse a estas aperturas en festivo. Los negocios del recinto funcionaron durante la mañana con un ojo puesto en la posible visita de los turistas. “Hoxe notouse algo a afluencia. Algún veuse, si”, comentaban en una de las tiendas, Gran Colmado.

Marcos, de Queixos Amalia, matizaba la presencia de visitantes: “Hoy no, pero ayer sí se notó que vino bastante gente”. No obstante, le restó importancia al hecho de que fuera festivo: “Desde la llegada del AVE es habitual”.

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