El urólogo ourensano Daniel Pérez Fentes lidera una cirugía pionera en España

El ourensano Daniel Pérez Fentes, urólogo y responsable de la unidad de Endourología y Litiasis del área sanitaria de Santiago, lideró recientemente una cirugía percutánea renal en una paciente embarazada, una operación pionera en España. “Lo normal es ser conservadores durante la gestación, es decir, manejar los cólicos renales con un catéter o con analgesia (medicamentos) hasta el parto, y una vez da a luz, se interviene. Pero en este caso, el catéter se había calcificado y estaba provocándole dolor e infecciones, de ahí la excepcionalidad de la intervención”, explica Pérez Fentes. Hasta ahora, en todo el mundo solo constaban 16 cirugías de este tipo realizadas a embarazadas. El equipo sanitario se sentó con la paciente para abordar el caso y valorar los riesgos y beneficios. “Le hablamos de los riesgos que tenía si no se hacía nada: por un lado, la posibilidad de perder el riñón, y por otro, el peligro para su vida y la del feto”, relata. La intervención, que duró hora y media, fue un éxito. “Realizamos una punción en la piel para llegar al riñón, fragmentar el catéter con láser y retirarlo, y otra compañera llegó a la vejiga a través de la uretra para limpiar los restos de la calcificación”, detalla el ourensano. Los profesionales utilizaron ecografía para controlar las maniobras, en lugar de rayos X: “Tenemos mucha experiencia en guiar cirugías por ecografía, y así pudimos evitar los rayos X, que se desaconsejan durante el embarazo”. Dos días después de la operación, la paciente pudo abandonar el Hospital de Conxo, sin dolores. “Tanto ella como su marido estaban encantados. Pasó de ir a urgencias continuamente y tomar medicamentos a hacer una vida completamente normal. El feto sigue desarrollándose perfectamente, y se espera que dé a luz a finales de febrero”, celebra. La experiencia Pérez Fentes destaca la importancia de la intervención, que hace tan solo 20 años estaba contraindicada durante el embarazo. “Cuando yo era residente nadie se planteaba hacer esta cirugía, pero hemos demostrado que se puede si es necesario, siempre que se valoren los riesgos y beneficios”, señala. En este sentido, habla de los tres pilares que permitieron la actuación: “La experiencia, la dotación tecnológica y el equipo son claves para garantizar el éxito y la seguridad de la cirugía. Yo soy el responsable de la unidad, pero cuento con un equipo de urólogas fantástico que, junto al trabajo de los anestesistas y la colaboración de Obstetricia, fue esencial para que la intervención fuese bien”.