La venta de la Lotería de Navidad se reduce: las asociaciones juegan menos

Las administraciones de Lotería de la ciudad no se librarán estas navidades de la crisis que ya padecen otros sectores. Según la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administraciones de Lotería (Anapal), las ventas para el sorteo navideño durante el periodo de julio a octubre descendieron hasta un 30%, y tal y como vaticinan algunos loteros ourensanos en total podría venderse un 50% menos que en años anteriores. Además, hay que sumar a esta situación las pérdidas sufridas durante el estado de alarma, cuando las ventanillas paralizaron sus ventas.

Jorge Anta, presidente en Galicia de Anapal y lotero en la Administración número 2 de Ourense, indica que "a causa de la reducción de movimiento de la gente, el parón de la hostelería, de las asociaciones culturales o los clubes deportivos este año no se esta vendiendo igual, y como colectivo hemos sido puestos de perfil. La situación requiere de un esfuerzo extra por parte de Loterías y Apuestas y un adelanto de las campañas publicitarias".

Típicamente Ourense es una de las provincias españolas en las que menos se juega lotería de Navidad, concretamente la séptima a la cola. De media, cada habitante se gasta 49,87 euros en el sorteo del Gordo: "Cuando aquí se venden 15 millones de Lotería de Navidad, en Lugo se están vendiendo 28, muchos ourensanos tienen la mala costumbre de comprarla fuera de aquí, por lo que habitualmente tocan pocos premios", explica Jorge Anta. Este año, la situación se agrava y, según explica el presidente autonómico de Anapal ,"las ventas a los colectivos y asociaciones que compran y reparten participaciones son un 50% menores que el año anterior. En las ventanillas se vendió un 25% del total y las empresas se llevan un 20%, pero el resto se solía vender a colectivos (un 35%) y a la hostelería (un 20%)".

Con esta caída, los loteros advierten que el Estado puede dejar de ingresar 1.200 millones de euros en ventas, por lo que proponen mejoras en el sistema de gestión del Sorteo de Navidad, además de la subida de las comisiones de ventas que llevan congeladas desde hace 16 años. Jorge Anta afirma que "los loteros tenemos miedo de que se rompa el modelo de negocio que lleva siglos funcionando, si pasa nos irá mal a nosotros, pero también al Estado".

Quique Mugüerza, de la Administración número 8, cree que "las ventas van a disminuir un 50%. El Sorteo de Navidad es el más importante para nosotros, y me temo que a nivel nacional muchas administraciones podrían estar a punto de cerrar".

Por su parte, Pol Fernández, de la Administración número 11 de la calle Progreso, cree que la baja afluencia del turismo en verano ya era augurio de lo que ocurriría el resto de la temporada: "La falta de turistas ya anunciaba que las ventas serían bajas, además se nota la tristeza generalizada, la gente está desanimada para comprar lotería".

Juan Couceiro, que vende en la Administración número 4, indica que "pese a que los jóvenes cada vez se animan más, la gente mayor era la clientela más fiel, pero ahora en muchos casos no se atreven a salir de casa. La situación es peligrosa, y la lotería es uno de los negocios más rentables que tiene el Estado, habría que cuidarla un poco".