UNO MENOS QUE EN 2022
Ourense se acerca a su récord de colisiones provocadas por animales
Es complicado no volverse loco cuando uno entra en Calvos de Randín. En seis horas, la temperatura puede variar hasta en 25 grados. Oscilación térmica, el nombre técnico. En la práctica, un jaleo. “Vides polo frío?”, pregunta, certera, una mujer en Calvos, que entra en casa con la bufanda alrededor de la cabeza. Al invierno, en este concello pegado a Portugal, lo saludan con retranca. Es 21 de diciembre, el calendario marca cambio de estación. En el congelador de Galicia, hacen como que ni sienten ni padecen. “Aquí non fai frío, fai máis en Ourense”, dice Jorge Magallais, abrigado hasta la coronilla, mientras saca las vacas a pastar. Para el reportaje, se acicala y hace amago de quitarse el gorro. Su colega, Xaime Veloso, da con la clave: “Truco contra o frío? Abrigarse e habituarse. Somos coñecidos en toda Galicia por isto”.
Jorge le echa la culpa de que Calvos sea mediático al “chisme da temperatura”, que está en la zona de O Pastizal, a más de 900 metros de altitud. “Alí hai tres graos de diferenza, pero xa que somos poucos veciños en Calvos, polo menos somos coñecidos, aínda que sexa polo frío”. Por si no lo creemos, los colegas nos guían hasta la estación meteorológica, un paraje espectacular al que se llega por una pista, delimitada por un paso canadiense, el clásico sistema guardaganados que sitúa al visitante: aquí mandan las vacas. Son las únicas vecinas a la redonda.
Es verdad que hace más frío en O Pastizal. La sensación térmica en el móvil marca -0,5 grados. El ganadero mira al frente, al lago y a las montañas. “Eu de pequeno cruzaba o río andando, estaba tan conxelado que se podía. Agora conxela un pouco, pero non tanto”. Su amigo, Xaime, cuenta que viene de una familia de panaderos. “Hai anos, coa neve, había aldeas que quedaban ata 15 días incomunidadas”. Y sin pan, claro.
Las vacas pastan más o menos a gusto. Los animales pagan el frío. “Pola mañá está conxelado o tempo, ao mellor ata mediodía non pastan ben. E aínda por riba, coa choiva”. El frío hace que crezca menos la hierba. Menos comida para las cachenas. “Hai que botarlle herba tódolos días, as vacas comen máis porque teñen que manterse vivas, pero tamén para combater o frío”.
En Calvos de Randín, como cantaría la Pantoja, “la leña arde”. “O calor da leña quenta máis ca un radiador, aquí todo o mundo ten leña”, dicen los vecinos.
Recuerdan que hace un par de años los termómetros marcaron -14 grados, un récord en el concello de los récords, aunque llegados a esa temperatura “xa da igual -5 que -20, fai frío igual”.
“O problema máis grande que temos aquí é que antonte á mañá cedo había -9 graos, 8,6 para ser exactos, e á tarde no café, había 16”, cuenta Jorge. El amigo, Xaime, añade la explicación: “É a oscilación térmica. O bo que temos na alta montaña é que ás nove da mañá xa brilla o sol e as 10 estase de marabilla. Pola noite xa é moi fodido”. Camiseta de manga corta, casi que solo en verano: “E en agosto unha chaquetiña xa cómpre”. A partir de las siete de la tarde, cuando anochece, la cosa se complica.
Un inciso de Juan Taboada, meteorólogo de MeteoGalicia, antes de entrar en otro consejo de sabios: el bar. El experto señala que la oscilación térmica que hace siempre famoso a Calvos se debe a la “ausencia de humidade”, ya que “como o ceo segue despexado, a temperatura baixa moitísimo”. Y el otro complemento que da sentido científico a esos cambios bruscos de hasta 25 grados es la radiación solar: “Como Calvos está a 900 metros, sinte esa zona de aire un pouco máis cálida”, añade Taboada, ya que la inversión térmica implica que el aire frío -que pesa más- baje de las zonas altas, dejando esa montaña caliente en la que Xaime dice que brilla el sol a las nueve de la mañana.
Ya dentro del bar Taxi, uno de los cuatro que hay en el concello, el debate sube de temperatura. Los vecinos están un tanto hastiados de hacerse famosos por los récords meteorológicos. “É que se saímos polo tempo, aínda non vai vir o turismo!”, bromea una clienta. Presumen, con razón, de paisajes espectaculares de montaña. Y una situación privilegiada, claro: aquí está la Serra do Larouco, una parte del Xurés y Portugal a tiro de piedra. Y de trasfondo identitario, el Couto Mixto, la república de frontera que existió durante siglos y que, aún hoy, da sentido a la manera de vivir de los raianos.
Dentro del bar, los hermanos Aurora y Dositeo Opazo, se calientan en la estufa de leña que preside el bar Taxi. La máquina de café no para: hay un constante entrar de clientes. En cinco minutos se llena el local. “É que hoxe non fai tanto frío, eu agora vou abrigada porque saín, senón ando só cun xersei. É que parece un tópico: ‘En Calvos fai frío’. ‘En Calvos fai frío”, se cabrea Aurora. “Fai máis frío noutros sitios, o de Calvos é por onde está o couso da temperatura”, le ayuda Dositeo. Además, endilga el título de congelador de Galicia para otro concello: “En Baltar si que fai máis frío!”.
Dejando a un lado la retranca, un buen truco para combatir el frío, es un licor café casero: “Bueno, se hai que meterllo, méteselle”, confiesa Aurora. Dositeo, que apura el café, añade: “Frío en Calvos? Pero se isto se parece ao Brasil!”.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
UNO MENOS QUE EN 2022
Ourense se acerca a su récord de colisiones provocadas por animales
CULTURA EN EL RURAL
La Red Provincial de Auditorios de Ourense alcanza los 7.500 espectadores
VACUNACIÓN MASIVA
Nueva convocatoria contra la gripe para mayores de 60 años
Lo último
Gonzalo Iglesias Sueiro
Emociones cautivas
ENTIDADE BENÉFICA
Protección Civil entrega as doazóns de 37 concellos
Fernando Lusson
VÍA DE SERVICIO
Extremadura, laboratorio nacional