Una de las víctimas de Velle escribió "Diego" con su sangre

Álvaro Blanco, superviviente del crimen de Velle, se recupera de las heridas en sus órganos vitales que su primo, Diego Rodríguez Torres, le asestó a él y a su novia, Ana Balboa, la madrugada del 19 de febrero. Su pareja no sobrevivió, pero él, tras pasar unas semanas críticas en la unidad de Reanimación del CHUO, ha mejorado y ahora continúa recuperándose en planta donde ha prestado declaración a la policía. En su testimonio relató como, tras llamar a su padre, escribió el nombre de su agresor, "Diego", en el suelo con su propia sangre. Según declaró, lo hizo por si no sobrevivía, para que las personas que llegasen al lugar pudiesen seguir algún tipo de pista. Tras ello, todo lo que recuerda es ver a su padre y a unos policías de uniforme, a los que repitió reiteradamente que "había sido Diego, su primo Diego". "Os voy a matar, os voy a matar" Álvaro Blanco en su relato de los hechos explicó como aquella madrugada él y su pareja, Ana Balboa, estaban durmiendo en su domicilio (en el que residían desde diciembre) cuando se despertaron al escuchar a alguien llamando a la puerta de la vivienda. Presenciaron desde el otro lado como la aporreaban y gritaban "abre, abre, abre". Álvaro se levantó primero y se dirigió a la puerta, la abrió y reconoció al primo segundo de su padre y vecino, Diego Rodríguez Torres, quién vivía en un galpón próximo desde septiembre. Entonces, el homicida comenzó a gritar "os voy a matar, os voy a matar" y acto seguido asestó su primera puñalada en la zona del estómago. En consecuencia del ataque cayó al suelo y, mientras se desvanecía, pudo escuchar a su novia decir "déjalo que ya está muerto, déjalo que ya lo mataste". Tras ello, Torres se dirigió a Ana Balboa, a quién, según declaró Blanco, asestó una "cuchillada" en el cuello. El superviviente se quedó parcialmente aturdido mientras permanecía en el suelo. En su testimonio, también explicó como, cuando pudo recuperar la totalidad de su consciencia, comenzó a llamar a Ana, quien no respondió. Entonces, trató de llegar a su dormitorio, arrastrándose por el suelo, donde tenía su teléfono móvil. Al conseguirlo llamó a su padre y le contó que "su primo Diego lo había acuchillado". Álvaro Blanco también respondió a algunas preguntas de los agentes, en las que aclaró que "mantenían una relación cordial entre vecinos" y que días previos se habían prestado dinero mutuamente. Además dijo que no le constaba que Diego padeciese ningún trastorno psiquiátrico aunque "sospechaba que pudiera fumar porros".