Xurxo Carreño: "La gente me dice: 'Vete a Madrid', pero Ourense no lo cambio por nada"

En 2016, Xurxo Carreño (Ourense, 1991) tenía poco más de 5.000 seguidores en Instagram cuando sus amigos le animaban a seguir “haciendo el tonto” por redes sociales. Siete años después, para este joven que presume de nacer en el barrio de A Ponte y crecer en el IES 12 de Outubro, las cuentas son bien diferentes. “En Instagram hago hoy 2,2 millones de seguidores. En Youtube llego a 1,2 y en TikTok llego mañana a los cuatro millones”, explica. Es uno de los influencers con más seguidores de España. Empezó haciendo humor y sigue en ello, con vídeos cómicos -muchos doblajes- sin perder la esencia de aquel estudiante de Informática que no se veía programando en una oficina y lo apostó todo a las redes. En su perfil se define como “O teu galego favorito”. A las 19,00 horas protagoniza una conferencia de la ICC Week en el Marcos Valcárcel. ¿Cómo se pasa de 5.000 seguidores a unos cuantos millones? Pues no lo sé. Me preguntan cómo hago para llegar a la gente y siempre digo que cuando hagas algo lo hagas porque te gusta, porque eso la gente lo nota y te empieza a seguir, le dan más valor. Cuando yo tenía 4.000 seguidores o 100.000 no estaba ganando dinero, lo hacía porque me gustaba. Mis amigos me animaban a seguir. ¿Qué contenido no falla? Normalmente los vídeos que más me suelen funcionar son los que generan interacción con el público. Se reconoce tímido. ¿Por qué empezó en esto, abriéndose a desconocidos? Pues no lo sé. Siempre fui una persona muy tímida. Antes era mucho más cerrado con mi círculo de amigos, pero fueron pasando los años y creo que esto me ayudó. Estaba estudiando Informática en ese momento, no me ubicaba, no me veía trabajando ocho horas en una oficina programando y surgió esta oportunidad y aposté todo a que iba a ir bien esto. Y no porque fuera a ganar dinero, sino por coger tablas y hacer cosas. Por suerte salió bien. Y ahora con el teatro me ha ayudado mucho a abrirme, yo era incapaz de hablar delante de 20 personas, ahora en el teatro tienes a mil personas delante. ¿Cómo da el salto de las redes al teatro? La productora gallega Etiqueta Negra llevaba años diciéndome que hiciera teatro. No me veía, me daba pánico escénico. Surgió la oportunidad de hacer algo con cuatro personas más de mi agencia y eso te da más libertad, sientes el apoyo de los demás. Estoy en las redes pero me gusta mucho más la sensación del directo, es una pasada. ¡Y era tímido! Quién me iba a decir en el 2015 que iba a estar donde estoy hoy. Pero también es un logro en lo personal, contar mis experiencias y que no me cague encima. Le paran por la calle. ¿Cómo lo lleva? Lo pasé realmente mal, y eso que al principio no me reconocía tanta gente porque hacía doblaje, era una voz. Pero pasar de ser una persona completamente desconocida a salir a la calle y que me reconozca la gente es un cambio bastante grande. En Marruecos, en una mezquita en el medio del desierto, solo había dos argentinos, y me dijeron: “El de los vídeos”. No lo podía creer. ¿Lo más raro que le ha pasado? Para mí a día de hoy aún es chocante. Por ejemplo, me sigue Lele Pons. Y aún me choca que me siga Ernesto Sevilla, que para mí es un referente de la hostia. A veces digo: “Vivo en una simulación. Que yo nací en el barrio de A Ponte, estudié en el IES 12 de Outubro y llegar a trascender fuera de Ourense me parece lo más”. Y en sus vídeos hay mucho de Galicia. La gente siempre me dice: “Vete para Madrid, que es la ciudad de las oportunidades”. Y yo al final haciendo lo que hago, lo puedo hacer desde mi casa en Ourense. Tengo mayor calidad de vida, está mi familia, mis amigos… No lo cambio por nada. Para mí lo más importante es ser natural y no perder la esencia, la retranca y las coñas de aquí. Yo soy muy gallego en todo lo que hago.