Vida OurenSana

En invierno, la tierra no duerme

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En esta época, sigue siendo posible sacarle rendimiento a nuestra huerta, solo se necesita planificar

Aunque ya esté haciendo un frio de narices pingonas y el tiempo se parece al de Inglaterra (que te llueve en la frente, te quemas los brazos con el sol, se te congela la nariz y te empapas los pies con la lluvia en un mismo dia), cuando salgo a pasear por el pueblo me fijo mucho en las huertas de los vecinos para observar cÓmo las ponen y aprender algo nuevo.

Pues de todas las que puede haber a los alrededores, pueden estar funcionando a pleno rendimiento, una. Un buen señor que le apasiona su trozo de tierra y le saca provecho todo el año. Y yo le pregunto dudas. Y Él me responde, con sabiduría ancestral.

Yo tengo dos huecos destinados al noble cultivo de hortalizas y verduras. Una de ellas, muy pequeño, lo dedico al cultivo de los chiles picantes, las hierbas aromáticas y algún fruto rojo. De los chiles picantes sorprendentemente aún tengo producción de Carolina Reapers, Nagas y Piparras. De las hierbas aromáticas me quedan los eternos romero, lavanda y tomillo, y de los frutos rojos solo veo los que compro en la tienda.

El hueco más grande, al que dedico el groso de la producción (calabazas, tomates, pimientos, berenjenas, cebollas, calabacines y alguna cosita más) a estas alturas de año está llena de malvas, ortigas y restos de hierbas adventicias con una rusticidad a prueba de temperaturas extremas. Nunca trabajÉ la huerta en esta temporada y no lo hago por varios motivos: la falta de tiempo, el descanso de la tierra y las condiciones climatológicas. El principal es la falta de tiempo, porque los otros dos se pueden obviar con rotación de cultivos y con unas buenas katiuskas.

A los lugareños les sirve con plantar unas berzas, escarolas y puerros para ir tirando. Pero el que hizo un trabajo previo, puede estar recolectando a estas alturas remolachas, repollos, coliflores, coles o nabizas. Además, en estas época podemos sembrar a mayores ajos, cebollas y puerros, lechugas varias, patatas tempraneras y también leguminosas como las habas o los guisantes.

Lo bueno que tiene esta época es que no hay tantas plagas porque la mayoría de los insectos retrasan su ciclo de desarrollo y las necesidades de riego, en nuestra zona, son casi nulas.

Y para mi huerta, quitando tiempo de donde sea, voy a aprovechar para planificar bien las labores y las plantaciones del 2023, a ver si puedo aprovechar más que la temporada de verano.

El primer paso será retirar los tutores, piedras, y maderas que me servían de sostén de los anteriores cultivos. Continuaré con el sacho, para quitar en la medida de lo posible, todas las hierbas que estén creciendo en la tierra, a la par que esparciré el césped que tengo acumulado del último mes. Al no utilizar la huerta es mejor cubrirla con un manto vegetal que aumentará la actividad biológica, reducirá la aparición de adventicias y se irá descomponiendo, nutriendo de nuevo el suelo para la primavera.

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