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Blockchain, bitcoin... ¿Sabemos qué son?
El Bitcoin, una polémica criptomoneda, ha sufrido un fuerte descenso en su cotización tras un tuit del extravagante magnate Elon Musk. Musk, propietario de la fabricante de coches eléctricos Tesla, publicó un mensaje en su cuenta personal en el que afirmaba que su empresa no aceptaría pagos en Bitcoin. Esta declaración de intenciones llega después de que la compañía norteamericana inviertiese de más de mil millones de dólares en la divisa, lo cual ha hecho que el Bitcoin se desplome en las últimas horas.
Dice Musk que están preocupados por el “uso de combustibles fósiles para la minería y transacciones de Bitcoin”, en referencia al particular sistema con el que se acuña esta criptomoneda, que implica un desorbitado consumo de energía. “Las criptomonedas son una buena idea a muchos niveles y creemos que tienen un futuro prometedor, pero esto no puede llegar a un gran coste para el medio ambiente”, explica en su comunicado.
Tesla & Bitcoin pic.twitter.com/YSswJmVZhP
— Elon Musk (@elonmusk) May 12, 2021
Tras subir el tuit, la divisa cayó en alrededor de 5.000 € de valor, aunque posteriormente comenzó a recuperar aire. El anuncio llega después de que el empresario mostrase su interés por el Dogecoin, otra criptomoneda, preguntando a sus seguidores de Twitter si querrían que Tesla la aceptase.
Bitcoin: ¿moneda del futuro o burbuja insostenible?
Aunque muchos señalan al Bitcoin como una moneda del futuro, lo cierto es que su crecimiento ha estado rodeado por un halo de escepticismo. Muchos otros lo ven como una bomba de relojería debido a su volatilidad comercial, con subidas y caídas constantes.
Otra de las críticas que recibe esta moneda es el sistema de generación de Bitcoin, conocido como “minería”. Una serie de ordenadores se encargan de resolver complejos problemas matemáticos. El primero que los resuelve se lleva un Bitcoin. Se trata de una actividad muy exigente en energía. Según el Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge, la minería de Bitcoin consume más electricidad que Suiza, algo que convierte esta actividad en diana de críticas en plena crisis climática.
