Montederramo acogió su doble festividad que deleitó a vecinos y visitantes por igual. Este jueves festivo, en la localidad, se celebraban dos eventos: su V Exposición de Gando Vacún y la vigésima octava Festa da Carne, marcando el Día del Pilar como cita ineludible para visitar este pequeño concello del Macizo Central.
Con un telón de fondo de montañas cubiertas de bosques y una jornada soleada, la feria y exposición del ganado, organizada por la Asociación de Gandeiros de Montederramo, fue un testimonio vivo de la rica tradición ganadera que ha perdurado a lo largo de los años. “Este é o concello con máis cabezas de ganado da provincia” explicaba su alcalde Óscar Diéguez, subrayando que con estas dos celebraciones se pretende hacer visible que “as explotacións gandeiras son un dos maiores potenciais económicos de Montederramo”, una localidad de a penas 700 habitantes, en donde el censo de ganado bovino está ya por encima de las 7000 cabezas según indican desde la asociación de ganaderos.
Más de 200 cabezas de ganado de 34 explotaciones distintas se alinearon majestuosamente, una vista imponente que evocaba la historia rural de la comarca, “cada ano ten mellor acollida esta feira e son máis as gandeirías que se animan a participar” manifiesta el vicepresidente de la asociación ganadera Sergio González, agradeciendo a su vez la colaboración municipal. El evento atrajo la participación no solo de explotaciones locales, sino de concellos limítrofes como Castro Caldelas, Maceda, Parada de Sil o A Pobra de Trives.
A medida que avanzaba la mañana, una enorme carpa, que se había erigido para la ocasión, abría sus puertas para dar paso a una multitud ansiosa de disfrutar de la magnífica oferta culinaria de la Festa da Carne, organizada por el Concello. “Nun primeiro momento sacamos 1.300 entradas, pero debido ao éxito do evento, puxéronse a vender otras 100 máis” manifestó Óscar Diéguez.
Alrededor de 1000 kilos de carne de 9 terneros de las explotaciones locales se degustaron en un verdadero festín que se sirvió en tres deliciosas formas: empanada, ó caldeiro y richada. Acompañando a estas delicias gastronómicas estaban los exquisitos vinos de la Ribeira Sacra. Y, por supuesto, con la famosa bica mantecada de postre, que endulzó el paladar de todos los presentes.
