Inmigrantes sin papeles, trabajadores sin contrato o contratados para media jornada cuando trabajan12 o 14 horas. Estas son algunas de las prácticas que, según el sindicato CIG, están llevando a cabo más de una decena empresas de hostelería en O Barco de Valdeorras.
Así lo comunicaron ayer en una rueda de prensa el secretario comarcal del sindicato, Etelvino Blanco, y el secretario de la Unión Local de la CIG en Valdeorras, Adriano Brito; que estuvieron acompañados por un afectado, Renato Barbosa.
Adriano Brito señaló que dos de los 14 casos detectados ya fueron llevados ante la Inspección de Trabajo el pasado día 6 de julio y serán denunciados el próximo lunes. Sin embargo, Brito consideró que hay entre 25 y 30 casos en O Barco y lamentó que no todos los afectados denuncien las irregularidades 'por medo ou por ignorancia'.
La CIG criticó que la Inspección no haya respondido todavía a las demandas y señaló que la entidad 'conta con moi poucos medios para atender a unha provincia tan dispersa e extensa'. Etelvino Blanco pidió que 'se impoña unha política de sanción con toda a contundencia e que actúe a Fiscalía, porque esto xa non é un fraude económico, senón unha cuestión de dereitos humáns'.
Los secretarios de la CIG destacaron la valentía de Renato Barbosa. Este trabajador brasileño contó que llegó a O Barco desde Valencia con la promesa de un contrato laboral para él y para su esposa, además de una casa. Sin embargo -según apuntó-, trabajó 16 meses en un restaurante, con continuas promesas de su jefe de darlo de alta en la Seguridad Social, para ser despedido sin ninguna compensación.
El portavoz de los hosteleros del Centro Comercial Aberto, Ángel Fernández, dijo desconocer la denuncia de la CIG. En todo caso, estimó 'excesivo' el dato de contrataciones irregulares facilitado por el sindicato y consideró que puede tratarse de un 'caso puntual aislado'. Añadió que la directiva analizará el problema el lunes próximo.
Adriano Brito señaló que dos de los 14 casos detectados ya fueron llevados ante la Inspección de Trabajo el pasado día 6 de julio y serán denunciados el próximo lunes. Sin embargo, Brito consideró que hay entre 25 y 30 casos en O Barco y lamentó que no todos los afectados denuncien las irregularidades 'por medo ou por ignorancia'.
La CIG criticó que la Inspección no haya respondido todavía a las demandas y señaló que la entidad 'conta con moi poucos medios para atender a unha provincia tan dispersa e extensa'. Etelvino Blanco pidió que 'se impoña unha política de sanción con toda a contundencia e que actúe a Fiscalía, porque esto xa non é un fraude económico, senón unha cuestión de dereitos humáns'.
Los secretarios de la CIG destacaron la valentía de Renato Barbosa. Este trabajador brasileño contó que llegó a O Barco desde Valencia con la promesa de un contrato laboral para él y para su esposa, además de una casa. Sin embargo -según apuntó-, trabajó 16 meses en un restaurante, con continuas promesas de su jefe de darlo de alta en la Seguridad Social, para ser despedido sin ninguna compensación.
El portavoz de los hosteleros del Centro Comercial Aberto, Ángel Fernández, dijo desconocer la denuncia de la CIG. En todo caso, estimó 'excesivo' el dato de contrataciones irregulares facilitado por el sindicato y consideró que puede tratarse de un 'caso puntual aislado'. Añadió que la directiva analizará el problema el lunes próximo.
