Los trabajos realizados en el talud que hace prácticamente un mes se vino abajo permitieron la reapertura de la infraestructura, retirando los semáforos que estuvieron instalados durante varios días, hasta que los técnicos de la Xunta -titular de la carretera- volvieron a cerrarlo al tráfico por la caída de piedras sobre la calzada.
En la tarde de ayer fueron retiradas las vallas que impedían circular por la principal vía de comunicación entre O Barco y el pueblo de Santigoso, un vial que también lleva a los pueblos próximos del vecino municipio de A Veiga.
El corte de la carretera provocó un fuerte malestar entre los vecinos de Santigoso, quienes vieron como el principal acceso a O Barco era cerrado al tráfico, debiendo usar rutas alternativas, como la carretera de Soulecín, con fuertes pendientes tanto a la entrada de Santigoso como en el cruce de la de Nabedo con la OU-121. La segunda opción fue la pista de Vales, muy curva y con algún tramo de calzada que amenaza con hundirse.
Las características de las vías alternativas impidieron el paso de camiones, obligando a retrasar los trabajos de mejora diseñados por el Concello barquense para la carretera que comunica Vales con Cesures.
